M.Miguel Ferrer considera que "la tecnología puede hacer un gran favor a la naturaleza" en los parques eólicos

Apuesta por una evaluación ambiental de riesgos de impactos por molinos y no por parques completos
Molinos de energía eólica en Andalucía
Molinos de energía eólica en Andalucía
Europa Press
Molinos de energía eólica en Andalucía

El investigador de la Estación Biológica de Doñana, organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y presidente de la Fundación Migres, Miguel Ferrer, ha señalado este viernes que la "tecnología puede hacer un gran favor a la naturaleza", sobre todo, en relación a las instalaciones de energía eólica.

"La tecnología puede hacer un gran favor a la naturaleza", ha expresado Miguel Ferrer en declaraciones a Europa Press, recordando en las mismas que "las energías renovables nacen como necesarias para el medio ambiente". Además, el investigador, que participa estos días en el I Congreso Ibérico sobre energía eólica y conservación de la fauna, que se celebra en Jerez de la Frontera (Cádiz), organizado por las consejerías de Economía, Innovación y Ciencia y de Medio Ambiente, ha apuntado que esta energía renovable nace por el interés de disminuir las emisiones de Dióxido de Carbono a la atmósfera, que "era una urgencia y lo sigue siendo".

Para Ferrer, la tecnología puede "ayudar mucho" en este campo, como refleja que se haya desarrollado la evaluación ambiental por molino en lugar de por parques eólicos al completo, nuevas herramientas basadas en el túnel de viento y aplicaciones informativas de simulación para ser más precisos en los itinerarios de movimientos de las aves y murciélagos en las instalaciones futuras.

En este sentido, subraya que la tecnología vinculada con la detección y la orden de paradas de máquinas para evitar colisiones genera oportunidades de innovación en esta industria, un aspecto "interesante", sobre todo, porque se desarrolla desde Andalucía y España y supone una tecnología exportable que incrementa el valor competitivo de las empresas nacionales del sector eólico.

Miguel Ferrer, que ha resaltado el "éxito" de participación, asistentes y calidad del Congreso, ha explicado que "las más interesantes aportaciones" de este encuentro internacional son las relativas a la mejora de la capacidad de predicción para la autorización o no de nuevas instalaciones eólicas. En este sentido, ha concretado que se está abordando cómo conseguir que los nuevos molinos se coloquen en lugares donde "planteen menos problemas" para la fauna en general.

"El Congreso no ofrece información sobre mortalidad, sino soluciones de progreso para evitar el problema en nuevas instalaciones y corregirlas en las ya existentes", ha aclarado el investigador de la Estación Biológica de Doñana.

"hay soluciones viables,

Sin desmontar el parque"

Además, ha resaltado se ha avanzado "bastante" con aportaciones tecnológicas que demuestran que hay soluciones "viables" desde el punto de vista de la conservación y de la rentabilidad económica y la producción. "Si la solución consiste en desmontar los parques, no es una solución sensata", ha advertido.

En algunos parques, según el presidente de la Fundación Migres, se ha reducido las muertes de aves en más de un 60 por ciento, con una reducción de la producción del 0,07 por ciento anual, esto es, "dentro del margen de lo que es asumible por la industria", ha apuntado. "Hay caminos en el futuro, incluso para resolver problemas de parques instalados", ha resaltado.

Por otro lado, ha informado de que la jornada de este viernes del Congreso aportará avances de la tecnología de futuro para convertir los sistemas de mitigación de impactos en sistemas automatizados, mediante radares o cámaras de televisión de análisis inteligente de imagen, "alternativas tecnológicas que pueden hacer más compatible la energía eólica y la conservación fauna, y genera innovación vinculada a una actividad empresarial en España, que tal y como están las cosas no es mala noticia", ha apuntado.

El presidente de la Fundación Migres, Miguel Ferrer, ha explicado que, "básicamente", el problema o error de las instalaciones eólicas está en la escala de trabajo. En este sentido, ha reconocido que "hasta que los parques no llevan un tiempo funcionando no se precisan sus consecuencias y efectos".

"Hemos tardado tiempo en comprender lo que hacíamos mal", ha añadido. Al hilo de esto, ha matizado que la tramitación y autorización de los parques eólicos se llevaba a cabo previa evaluación potencial de los riesgos del parque concreto, esto es, se analizaba los riesgos de una amplía zona donde irían unas 70 máquinas. "Ahora se descubre que, como en las carreteras, hay puntos de acumulación de accidentes, es decir, zonas donde se producen un mayor número de impactos", ha comentado.

Ferrer ha asegurado que una solución pasar por definir los riesgos a escala de molino y no de parque, siendo ésta una sugerencia para el futuro. En este sentido, ha apostado por "una evaluación de impacto a escala de molino y no de parque completo, que permitirá predicciones de los estudios previos de impactos más precisas". "No se puede trabaja con valores medios, pues existen parques muy peligrosos, sino molinos peligrosos", ha afirmado.

Por otro lado, ha valorado el compromiso de las empresas del sector eólico, cuya implicación ha hecho posible el desarrollo científico que se ha producido en Andalucía, "líder mundial en el ámbito de conocimiento". Al compromiso de la Administración autonómica, hay que añadir el de las empresas, que financian los trabajos para "comprender los problemas, predecirlos y resolverlos".

Aves y molinos "pueden compartir el viento"

Frente a las voces críticas contra la energía eólica, Ferrer ha instado a éstas, en declaraciones a Europa Press, a volver al principio y recordar que el principal problema que tienen las posibilidades de vida humana y de la biodiversidad es el calentamiento global, producido por la actividad humana, la producción de energía y la movilidad, por lo que "tenemos que responder de forma eficiente frente al cambio climático y frenar y ralentizar su avance, ya que si no se consigue, el menor de los problemas sería que los molinos puedan matar las aves", ha subrayado.

El investigador del CSIC se ha mostrado convencido de que "está claro que hay posibilidades de que aves y molinos pueden compartir el viento sin problema, y en ello trabajamos". En este sentido, ha afirmado que "necesitamos las energías renovables y que su desarrollo no suponga una incidencia negativa", lamentando en este sentido que se hayan dado datos "poco sólidos científicamente" sobre la muerte de aves por impactos de molinos por algunas organizaciones no gubernamentales.

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