Chapotear en la urbanización

Piscinas comunitarias: Ahora que empieza a apretar el calor, conviene recordar una serie de medidas obligatorias para garantizar la seguridad y la higiene en las piscinas de uso colectivo y evitar así muchas sorpresas desagradables.
Es imprescindible que las piscinas cuenten con todos los equipamientos para garantizar la seguridad.
Es imprescindible que las piscinas cuenten con todos los equipamientos para garantizar la seguridad.
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Es imprescindible que las piscinas cuenten con todos los equipamientos para garantizar la seguridad.
Las piscinas son lo más parecido a un oasis en el verano de la ciudad, un lugar donde olvidarse del calor que desprenden los coches y el asfalto. Sin embargo, si no se toman las suficientes precauciones, pueden convertirse en una trampa peligrosa.  

Sean públicas o comunitarias, las piscinas de uso colectivo deben seguir una serie de medidas básicas para garantizar en todo momento la seguridad y la higiene en su utilización y mantenimiento.

A tener en cuenta

Vasos: El fondo y las paredes de las piscinas deben estar revestidos de materiales lisos, antideslizantes y resistentes a los agentes químicos.

Profundidad: Habrá espacios con diferente profundidad que permitan a las personas que no nadan bien y a los niños estar de pie dentro del agua. Los cambios de pendiente serán suaves y estarán señalizados a los lados del vaso.

Duchas: Es obligatorio ducharse antes de entrar al agua, así como pasar por el pediluvio –pequeña pileta para limpiar los pies–. El plato estará construido con materiales antideslizantes, así como la zona de los bordillos.

Escalerillas: Tendrán peldaños antideslizantes y estarán dispuestas de tal manera que de una a otra no haya una distancia superior a 15 metros.

Trampolines: Su presencia en las piscinas de uso colectivo está prohibida. Sólo se toleran los toboganes, ubicados en zonas acotadas y señalizadas.

Socorrista: Su formación debe estar acreditada por un organismo competente. Deberá permanecer en las instalaciones durante todo el tiempo de funcionamiento de las mismas.

Asistencia sanitaria: Todas las piscinas deberán contar con teléfono y disponer de un botiquín en un lugar visible y señalizado. Habrá al menos un flotador por escalerilla.

Agua: Se analizará diariamente para controlar que el pH se mantenga entre 7,2 y 7,6 y los niveles de cloro entre 0,5 y 2 gramos por metro cúbico. La aparición de algas se controla añadiendo una vez por semana un cuarto de litro de antialgas por cada 100 metros cúbicos de agua.

Sanciones: El incumplimiento de estas medidas de seguridad conlleva multas que pueden llegar hasta los 60.000 euros y el cierre temporal de la piscina.

¿Quién debe pagar su mantenimiento?

Un problema que suele surgir en las piscinas comunitarias es el hecho de que uno de los vecinos se niegue a pagar su parte correspondiente a los costes de mantenimiento. Sin embargo, desde el Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid advierten que la no utilización de un servicio no exime del pago y que todos estarán obligados a realizar los pagos de mantenimiento.

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