La Audiencia de Valladolid ha condenado a una pena global de cuatro años de cárcel a Nicolás D.J, frente a los 12 y 14 que habían solicitado las acusaciones particulares o el año pedido por su abogado, como autor de la agresión sufrida en octubre de 2010 por dos hermanos a los que hirió con una navaja durante una reyerta registrada en el bar 'Salamanca', en la Plaza Circular de la capital.

La sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press en fuentes jurídicas, absuelve al condenado de sendos delitos de tentativa de homicidio, de los que venía siendo acusado por el fiscal y los acusadores particulares, pero le considera responsable de dos delitos de lesiones, merecedores cada uno de ellos de dos años de cárcel, al tiempo que, en concepto de responsabilidad civil, le impone el pago de indemnizaciones por importe global de 39.325 euros, de ellos 4.900 para Luis G.F, 31.000 para su hermano José Garlos G.F. y otros 3.425 euros al Sacyl por los gastos de asistencia de ambos.

Los hechos se remontan a la tarde del 21 de octubre de 2010, cuando el condenado entró en el bar 'Salamanca', situado en el número 37 de la calle Nicolás Salmerón, y sin mediar palabra se dirigió hacia Luis G.F, con quien había discutido la noche anterior y tan sólo tres horas antes ese mismo día, le exhibió una navaja de ocho centímetros de hoja y se la clavó en el abdomen, aunque sin causar daños a órgano interno alguno.

Fue entonces cuando el hermano del agredido, José Carlos G.F, que también se encontraba en el local, agarró por el cuello al agresor para evitar que continuara acometiendo a Luis, ante lo cual el procesado asestó al 'mediador' dos navajazos en el brazo y el antebrazo izquierdos, uno de los cuales le seccionó la arteria humeral.

El forcejeo entre el agresor y ambos hermanos, durante el cual el primero continuó lanzando navajazos, finalizó gracias a la intervención del propietario del establecimiento, a quien el procesado entregó la navaja antes de abandonar el local y ser detenido poco después.

Durante el juicio, el agresor alegó que ese día se encontraba muy "bebido" y que cuando exhibió la navaja tan sólo pretendía intimidar, tras tener la sensación de que Luis G.F. le había dirigido una "sonrisa provocativa", a la vez que aseguró no tener conciencia de que le apuñalara, máxime cuando el aludido y su hermano se abalanzaron entonces sobre él y comenzaron a darle golpes.