Docentes alertan que "hay un incremento lineal entre el número de suspensos y las horas que se dedican a internet"

El abuso de las nuevas tecnologías está provocando en adolescentes deficiencias comunicativas y problemas al relacionarse
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CARLOS HERGUETA
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En estas fechas navideñas en las que las nuevas tecnologías forman parte de los regalos más populares, los profesionales de la educación recomiendan precaución y responsabilidad a los padres con hijos adolescentes.

La psicóloga Ester Egea afirman que "hay informes que dicen que las nuevas tecnologías están afectando en forma negativa en las calificaciones de los adolescentes. Podríamos decir que hay un incremento lineal entre el número de suspensos y las horas que se dedican a internet".

El Instituto de Educación Secundaria donde trabaja la psicóloga Ester Egea tiene un reglamento interno sobre el uso de la tecnología dentro del aula. Los alumnos tienen prohibido llevar a clase los móviles. Egea afirma que "no les hace falta para nada porque están controlados ya por adultos".

Se queja de que los padres deberían tener claro que "si el centro educativo dice que móviles no, que fueran los padres responsables también". Muchas veces los padres "por no entrar en conflicto con el hijo le permiten que se lo lleven" y luego que "sean los profesores los que tomen las mediadas".

Alumnos y padres saben de que si lo llevan y están con él en clase el profesor se lo puede requisar. A pesar de eso siguen manejándolo "por debajo de la mesa y no están concentrados ni atentos a las explicaciones". Sin embargo, a veces, "cuando les pillan y se lo retiran, el padre viene enfurecido diciendo que cómo se le ha quitado el móvil a su hijo".

Esta es una de las mayores críticas que la psicóloga Egea hace a los padres porque considera que "falta educación por parte del adulto del uso inmaduro del adolescente". Reconoce que los menores de esa edad "están en una edad donde les cuesta controlar los impulsos" pero "si los adultos no ponemos los límites es muy difícil".

Egea advierte que "hay estímulos tan fuertes en la red o en los videojuegos que luego la tarea escolar es aburrida", añadiendo que "hay una apatía y una desmotivación tremenda".

Por eso la psicóloga Egea también admite que los profesores deben adaptar sus materias a las nuevas tecnologías para hacer las clases "más dinámicas" porque hoy en día "es la forma que tienen los chavales de aprender", apuntando además que quienes forman parte del "entorno educativo tendríamos que ser capaces de adaptarnos a este nuevo medio".

"Hay que superar la brecha digital" porque "necesitan estímulos fuertes y muy variados, eso es muy diferente a la página número 12 del libro", confiesa Ester Egea.

Cuesta más expresarse

Por otro lado, y relacionado con el abuso, los profesores encuentran en muchas ocasiones deficiencias comunicativas en los alumnos. A los adolescentes les cuesta cada vez más expresarse porque "todo es rápido" además "abrevian las palabras hasta en la pizarra, con faltas de ortografía" es decir "tienden a simplificar y a la hora de comunicarse también". Ester Egea alerta que "estamos buscando siempre la inmediatez y la simplificación y eso va en contra de la tolerancia".

Algunos alumnos incluso presentan dificultades para relacionarse. "El problema viene cuando alguien se protege en la soledad" fruto del uso excesivo de las nuevas tecnologías que puede llegar a impedir "una relación cara a cara".

Ester Egea explica que sobre los 12 años empieza una "nueva realidad social" para los chicos porque necesitan estar con su grupo de amigos y salir con ellos. Si un adolescente se queda en casa y prefiere estar delante del ordenador "quiere decir que le falta alguna habilidad social" y se resguarda en internet porque "puede tener la vida social que fuera no tiene". "Ahí es donde los padres tendríamos que controlar el uso y el abuso".

El exceso de tiempo dedicado a internet y las nuevas tecnologías lleva a la adicción y "sí que hay un alto porcentaje de alumnos que son adictos". Se trata de que "están intensamente comunicados y no quieren perderse nada", por lo que "los padres tienen que poner los límites porque eso genera adicción".

Ester Egea asume que "es una realidad que ellos tienen y no podemos decirle no a las nuevas tecnologías", lo que tenemos que enseñarles es "hacer un uso razonable".

Una de las medidas que apunta respecto al ordenador es "intentar que no lo tengan en la habitación y si es así que la pantalla este en la puerta para poder controlar lo que ven".

Recomienda que por la noche los móviles, ordenadores y otros aparatos como ahora las tabletas "se apaguen y se dejen en alguna zona común de casa porque por la noche siguen conectados y se despiertan si les llega algún mensaje y eso altera el sueño". Si se altera el sueño "se deja de producir la melatonina que es la hormona que ayuda a dormir, y luego se duermen en las aulas". Ester Egea hace hincapié en que "tenemos que ser modelo y enseñarles a convivir con ello".

Otra crítica es la temprana edad en la que muchos niños empiezan a usarlos. La psicóloga reprocha que "no puede ser que un niño de ocho años lleve móvil". Considera que es una "aberración" porque "con esas edades no necesitan llevar el móvil a una excursión porque si les pasa algo está el profesor que es un adulto".

Ester Egea recuerda que no se recomienda hasta los 16 años, por el desarrollo del cerebro, pero normalmente ya tienen a los 14. Sin embargo incluso antes de eso "ya hay un uso esporádico inicial en ocasiones concretas". Añade que los 13 o 14 años aún es pronto para tener móvil pero que entra dentro la normalidad. Sin embargo recuerda que cuando el adolescente empieza "a hacer uso debería hacerse responsable del coste" para que sepa qué es manejar dinero.

La psicóloga Ester Egea reconoce que las nuevas tecnologías son muy buenas como fuente de información "pero como medio de relación hay que ser cautos", concluye.

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