La administración número 96 de Valencia, situada en la calle Francisco Cubells, ha repartido casi 11 millones de euros en esta zona de la ciudad, en el barrio de El Cabanyal, al haber vendido de forma íntegra el número 22.418, que ha resultado agraciado con uno de los quintos premios del Sorteo Extraordinario de Lotería de Navidad, dotado con 60.000 euros a la serie.

El número fue cantado por a las 10.57 horas en el octavo alambre de la primera cuarta tabla. El lotero, Javier Sancho, ha destacado que éste es uno de los números fijos que juega la administración y está "muy repartido", vendido por ventanilla, entre las empresas de la zona, muchas relacionadas con la comunidad portuaria, comercios, una falla, y alguna asociación musical.

El lotero ha señalado que han vendido las 180 series a 6.000 euros por décimo, lo que suponen cerca de 11 millones de euros. Asimismo, ha indicado que el premio está "muy repartido" y corresponde a uno de los números fijos que vende la administración, que ya dio un cuarto premio en 2003, en 2010 un gordo de la lotería del sábado y en este año otro de la del jueves. "Estamos de suerte", ha exclamado.

Uno de los afortunados es Salvador Crespo, jefe de la banda de cornetas y tambores de El Canyamelar y que, según ha explicado a los medios de comunicación, tiene a todos los miembros de la familia —cinco- en paro. El agraciado ha señalado que tenía un décimo que ha resultado premiado con 6.000 euros. En ese momento, estaba viendo el sorteo en casa con su hija y ha subrayado que están "muy contentos" dada la situación en la que se encuentra la familia. "Es un pequeño pellizco, pero algo hará para estas fiestas y para ayudar en lo que tenemos en casa", ha señalado.

En una de las empresas afortunadas entre los empleados con este quinto premio, trabaja un afortunado que, en ese momento estaba de baja por lo que el décimo se lo compró una compañera. El empleado ha explicado que va dedicar el dinero a comprarle un coche a su hija que se ha sacado esta semana el carnet de conducir.

Otra de las afortunadas es Pilar, propietaria de un kiosco en la calle Escalente, que ha explicado que el lotero le hace el favor de llevarle por las noches los décimos a casa. Ayer se le olvidó y esta mañana, aún cuando no había pagado el décimo, a las 9.30, nada más abrir, se lo ha llevado al kiosco. "Su honradez demestra lo que ha hecho siempre conmigo", ha dicho, ya que si no se lo hubiera guardado ahora no estaría "tan contenta".

Asimismo, se ha acercado hasta la administración otro chico joven, que trabaja en amarradores, y que cuando fue a la administración, le pidió a la lotera que le diera ese número concreto porque pensaba que era "número de gordo". Los 6.000 euros que ha recibido le han venido "fenomenal" porque hace poco sufrió un accidente de coche.