El Defensor del Pueblo en Castilla-La Mancha, José Manuel Martínez Cenzano, se ha despedido este miércoles deseando al Gobierno que preside María Dolores Cospedal "más éxito en sus gestiones que el que ha tenido al decidir suprimirnos".

Martínez Cenzano ha realizado estas manifestaciones durante la rueda de prensa que ha ofrecido en la que hasta ahora había sido la sede del Defensor, la Casa Perona en Albacete -edificio que el Gobierno regional va a sacar a subasta-.

En este encuentro con los medios ha recordado que esta institución empezó a trabajar en 2002 y ha dicho que se va "con la cabeza muy alta" porque esta institución "ha trabajado comprometida con la realidad, sin pereza y con una enorme neutralidad".

El defensor del Pueblo en la región ha ofrecido una serie de datos sobre el trabajo realizado en todo este tiempo, destacando que la institución dejará de existir en 29 de diciembre después de haber tramitado 19.253 actuaciones de los ciudadanos, de las que 11.000 fueron consultas y 8.290 quejas.

Asimismo, ha declarado que quedan en trámite 625 expedientes que serán trasladados al Defensor del Pueblo nacional y ha lamentado que los castellano-manchegos dejen de contar con una institución regional y se tengan que apoyar en otra "más distante".

Martínez Cenzano, que ha estado acompañado por algunos de los trabajadores de la institución, ha lamentado que 25 empleados pasarán a engrosar las listas del paro "porque les echan".

No obstante, el hasta ahora defensor ha defendido que los trabajadores de esta institución se marchan "convencidos de que hacíamos un gran trabajo, de utilidad, porque cada año más gente ha acudido a nosotros".

Sobre la subasta del edificio que hasta ahora alberga la Defensoría, José Manuel Martínez Cenzano, ha reseñado que se trata un edificio histórico que pasará "a manos privadas", lo que supondrá alejarlo de los ciudadanos creando "un riesgo innecesario".