La Confederación de Empresarios de Castilla y León (Cecale), con respecto a los datos del IPC relativos al mes de moviembre, ha lamentado

el peso de la energía en la evolución de los precios y el freno de los mercados por la escasez de circulante.

El anómalo comportamiento de los precios a lo largo del mes de noviembre contrasta, en opinión de Cecale, con el registrado durante los tres primeros trimestres, en los que la evolución del IPC ha estado ligada más a la atonía de los mercados y a la restricción del consumo que a los vaivenes habituales basados en la estacionalidad o en el precio de los carburantes.

Para la patronal, tal y como apunta a través de un comunicado recogido por Europa Press, la subida desorbitada del precio de la energía, especialmente en los derivados del petróleo, está marcando la tendencia inflacionista del año como indica el diferencial de 1,2 puntos entre la inflación subyacente, la que no contempla ni productos energéticos ni alimentos no elaborados, y la inflación general.

Por ello, la confederación lamenta que la política gubernamental no haya sido capaz de frenar la incidencia de estos precios energéticos en la inflación, máxime cuando la falta de circulante está impidiendo un mayor dinamismo en los mercados.

De mantenerse esta tendencia, Cecale entiende que el IPC anual superará la tasa anual del 3 % en el conjunto nacional, pareciendo casi imposible que en Castilla y León los precios puedan sujetarse en términos inferiores a los que la estadística marca para todo el territorio español.

A este respecto, la organización empresarial muestra su preocupación por este crecimiento superior a lo que la situación económica demanda, máxime cuando no es la dinámica del mercado quien marca tendencias sino que éstas son consecuencia del precio de la energía, los medicamentos y el transporte, por más que la temporalidad haya situado al sector de vestido y calzado a la cabeza los sectores más inflacionistas durante el mes de noviembre, hecho que viene repitiéndose con regularidad desde hace años. Igualmente preocupa entre los empresarios, además de la falta de dinamismo en el consumo, la repercusión de la tasa inflacionaria en las pensiones y en los salarios, por lo que se recomienda que las revisiones previstas tengan más en cuenta el índice de productividad que la subida del IPC para evitar así mayores dificultades económicas a las pequeñas y medianas empresas y a los empresarios autónomos.