La bailaora y coreógrafa sevillana María Pagés estrena este jueves en Madrid su última creación, 'Utopía', un trabajo que llega a la sala principal del Teatro Español, donde podrá verse hasta el 30 de este mismo mes y que se realizó en colaboración con el Centro Niemeyer de Avilés, donde pudo verse el pasado mes de octubre.

Pagés elogia la enorme colaboración que ha tenido de los responsables de este espacio que ahora mismo no pasa por su mejor momento económico. Una polémica que no le ha llegado a la artista, que sólo tiene agradecimiento, y que ha resultado ser "muy inspirador y muy real". Así lo ha asegurado en declaraciones a Europa Press en un momento en el que su compañía celebra los 22 años de existencia.

"Soy una aprendiza por naturaleza y me veo con las mismas ganas con el paso del tiempo. Me imagino en una escalera subiendo peldaño a peldaño", apunta recordando que éste es un "buen momento" para la compañía y que hay proyectos a corto y medio plazo, dentro y fuera de España. Así, en julio del año que viene 'Utopía' se estrenará en el Festival de Lyon y en 2013 llegará a Tokio, Singapur o el Festival Chéjov. Mientras tanto, siguen de gira otros espectáculos de la compañía, como 'Dunas'.

Reivindicar la ética

'Utopía' nació del interés que María Pagés ha tenido siempre, y especialmente en estos últimos tiempos, por "reivindicar la ética sobre la superficialidad de la estética". Han sido dos largos años de trabajo e investigación con los confiesa haber "disfrutado muchísimo" y que tienen como origen esa "necesidad personal", esa "inquietud", explica la artista.

Todo ello coincidió con su encuentro con el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer (quien el mismo día en que se estrene 'Utopía' en el Español cumplirá 104 años). "Sabía de su trabajo pero tuve la ocasión de conocerle como persona y descubrí que teníamos muchas afinidades y coincidencias en nuestros respectivos procesos creativos", señala resaltando su "coherencia" e "implicación social". Él fue el complemento ideal para esa inquietud mía", asegura.

Pagés añade que este espectáculo pretende también "poner en valor los sueños y el espíritu utópico del ser humano, que no es algo tan lejano sino una realidad".

Junto a la artista dan cuerpo a 'Utopía' ocho bailaores que interpretan esa experiencia ética y estética del deseo, del inconformismo y de la utopía, en un espacio escénico creado en colaboración con Jair Varela, mano derecha de Niemeyer.

Las ocho partes de este montaje están "muy ligadas, igual que lo cotidiano en la vida del ser humano". Por eso, explica María Pagés, está diseñado a base de "altibajos", de esas "curvas" que reivindica Oscar Niemeyer, porque en la vida "nada es recto", afirma.

"La inspiración ha llegado ahora a través de la arquitectura y yo me dejo llevar. Luego está también la intuición, que es tan importante en la vida y en tus decisiones", apostilla.

Un "vínculo emocional"

Este espectáculo ha creado en María Pagés un "vínculo emocional" con el Centro Niemeyer pero su concepción escénica tiene cabida en cualquier teatro al uso. "Todos los escenarios son universales", apunta.

En esta coreografía tiene especial trascendencia la poesía de Baudelaire, Benedetti, Neruda, Machado, Cervantes, Larbi el Harti y el propio Niemeyer. Poesía transfigurada en alegrías, seguidillas o soleá y que se interroga sobre la solidaridad, el compromiso, el exilio, la fugacidad de la vida, la pequeñez de los hombres o la necesidad de la imaginación y el idealismo como motores necesarios para el cambio.

La labor artística de 'Utopía' se completa con el "sobrio" vestuario diseñado por la propia artista y música flamenca, original y en directo, a cargo del compositor y guitarrista Rubén Lebaniegos, los cantaores Ana Ramón e Ismael de la Rosa, la guitarra de José Carrillo Fyty, el violonchelo de Sergio Menem y la percusión de Chema Uriarte. Sólo una pincelada de música brasileña actual llega de la mano del cantautor Fred Martins y pone la nota diferenciadora al flamenco que lo invade todo, "porque en él es donde está el ser humano al completo", dice Pagés.