Hungría ha decidido este viernes, junto con Suecia y la República Checa, apoyar las nuevas normas de la UE sobre disciplina presupuestaria, dejando a Reino Unido solo en su oposición a este acuerdo.

Por su parte, los líderes de Irlanda, Bélgica y Lituania valoraron el acuerdo como un avance importante para dejar atrás la crisis de la deuda.

El primer ministro irlandés, Enda Kenny, consideró este viernes que dicho pacto es "un buen acuerdo", ya que establece un cortafuegos para prevenir los contagios por la crisis de la deuda, en declaraciones a su llegada a la cumbre.

En la misma línea, la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, calificó de "paso adelante muy positivo" el acuerdo, que a su juicio "demuestra que los Estados miembros han decidido que necesitan asumir responsabilidades y seguir avanzando".

La presidenta, que advirtió de que la puesta en marcha de las medidas "tomará un tiempo", criticó la división provocada por los británicos, pero subrayó que Reino Unido "está fuera del proceso de decisión y Europa está unida".

Asimismo, el nuevo primer ministro belga, Elio Di Rupo, destacó la necesidad de "trabajar" para garantizar una mayor solidaridad entre los Veintisiete y para impulsar el crecimiento económico.

"Hemos logrado acordar una disciplina presupuestaria que era necesaria para la situación del euro, pero también necesitamos más solidaridad y crecimiento", afirmó Di Rupo.

Este viernes de madrugada, la UE acordó acelerar un año la entrada en vigor del fondo de rescate permanente y dotar al FMI con 200.000 millones de euros para ayudar a países en crisis.

El pacto sobre disciplina presupuestaria consagra la "regla de oro" para que los países no tengan déficit estructurales anuales superiores al 0,5% del PIB, que además se incluirá en las constituciones de los países o en legislaciones equivalentes.