El juzgado de instrucción número 1 de Elche (Alicante) ha condenado a un hombre de 49 años a cinco años y 10 meses de prisión por abusar de la nieta de su pareja, menor de edad —de diez años—, a quien deberá indemnizar con 6.000 euros por los perjuicios morales ocasionados. Asimismo, se le prohíbe aproximarse a una distancia inferior de 500 metros de distancia. También se le prohíbe acercarse a su domicilio y a comunicarse con ella por cualquier medio por un plazo de tres años.

El fallo considera al hombre como autor de un delito de abusos sexuales aunque se le aplica un atenuante por estado de embriaguez. Igualmente, condena al acusado a pagar las costas del proceso.

Los hechos sucedieron en noviembre y diciembre de 2010. El procesado mantenía una relación estable con su pareja desde hacía seis años y convivían en casa de ella en Elche. A la casa acudía "con asiduidad" la nieta de la pareja. De hecho, se quedaba "frecuentes fines de semana y temporadas en verano".

En noviembre de 2010, se encontraban el agresor y su víctima jugando a las cartas. En el transcurso del juego, "el procesado comenzó a propinar —a la niña— cachetes en el culo cada vez que ella se equivocaba" y, en dos ocasiones, introdujo su mano en el pantalón de la menor y llegó a introducir su dedo en el interior de la vagina. La menor le pidió que parase y le dijo que "ya no jugaba más".

En otra ocasión, en diciembre de ese año, cuando la menor estaba en el domicilio de la pareja del agresor, éste aprovechó que estaba jugando a la comba con la niña para tirar de la cuerda atrayendo a la menor y obligarla a introducir su mano en sus pantalones y tocarle.

Tras este nuevo incidente la niña le contó lo sucedido a su madre, quien interpuso una denuncia. En una exploración genital, se comprobó la existencia de tres lesiones erosivas eritematosas a nivel de la región interna de los labios menores.

El tribunal "estima acreditado" que en ambas ocasiones, el agresor se encontraba bajo los efectos del alcohol, ya que "así lo reconocieron la madre" y la "abuela de la menor", quien señaló que estaba "animado pero no borracho". Por tanto, el tribunal considera que este estado de embriaguez "no parece que le impidiera conocer el alcance de sus actos".