El ministro palestino del Interior, Said Siyam, ha ordenado la retirada de esta "fuerza de apoyo" de 3.000 hombres que él mismo mandó desplegar el pasado 19 de mayo y en las calles de Gaza, en las que de momento impera la calma, no se ve hoy a sus milicianos.

Con esta iniciativa, Hamás pretende evitar nuevos enfrentamientos con las milicias del movimiento nacionalista Al Fatah como los que se han producido en la última semana.

En los incidentes violentos entre esta fuerza y las de Al Fatah (más numerosas) murieron 10 personas, lo que llegó a despertar el temor a una guerra civil en los territorios palestinos.

De momento, no será desmantelada

Según altos funcionarios de Hamás, la retirada de las milicias de los lugares públicos no significa, sin embargo, que la fuerza vaya a ser desmantelada.

La violencia entre los dos grupos palestinos es uno de los problemas que han motivado la convocatoria de la reunión, ayer y hoy, entre distintas facciones palestinas en Gaza y Ramala.

Disposición para la paz

En la apertura de la conferencia, ayer, el primer ministro palestino, Ismail Haniye, apeló a "evitar que nuestro pueblo hable mediante las armas".

Inmediatamente después de la creación de la nueva fuerza, el presidente palestino, Mahmud Abás, ordenó su retirada de las calles de Gaza y el despliegue de agentes leales a Al Fatah, a lo que Hamás respondió con la amenaza de aumentar el número de miembros de su nueva fuerza armada.

La última palabra

Haniye volvió a rechazar ayer la petición de Abás de retirar de las calles a la nueva "fuerza de apoyo" a la policía y reclamó para el Ministerio del Interior las competencias en materia de seguridad.

El presidente palestino encabeza el Consejo de Seguridad Nacional y por ello tiene la última palabra en cuestiones referentes a los organismos de mantenimiento del orden. Bajo su mando están la mayor parte de las fuerzas palestinas.

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