'El laberinto del destino' es el último título editado por la Diputación Provincial de Huesca (DPH) en el que, en sus 270 páginas, se rescata la narración de Joaquín Raluy Sanmartín, libertario aragonés natural de Esplús, ilustrada con el legado fotográfico que han sacado a luz entre la Fototeca de la DPH y el Centro de Estudios Literanos.

La responsable de Cultura en la Diputación Provincial de Huesca, Elisa Sanjuán, ha presentado el libro en la XVII Feria del Libro Aragonés, que se clausuró esta pasada noche en Monzón.

"Si algo llama la atención es el compromiso del protagonista con la lucha por la libertad", ha subrayado Sanjuán, para continuar que "estas memorias ponen frente a nuestros ojos el verdadero significado de la democracia y el sistema de libertades de los que hoy disfrutamos".

En esta presentación también ha estado el autor de la recopilación, Víctor Bayona, y el responsable del Centro de Estudios Literanos, Juan Rovira, junto a familiares de Joaquín Raluy.

La publicación encuentra su punto de partida cuando, hace unos cinco años, Liberto, hijo de Joaquín Raluy, le entregó al autor todo lo que su padre escribió en unas cuartillas a los 80 años, antes de que en 1996 falleciera en Francia, "a la espera de que al menos puedan servir de algo a aquellas personas que se dignen a leerlas", como el propio Raluy dejó escrito en sus últimas líneas.

Para ello, Víctor Bayona, ha realizado el importante trabajo de ordenar, corregir, ampliar y documentar las memorias. Con esta edición, la Diputación, gracias a los textos de Joaquín Raluy y la labor de Víctor Bayona, aporta aspectos novedosos a la historia de la Guerra Civil y de la época posterior, como lo fue la revuelta leridana de 1933, los acontecimientos del aeródromo Virgen del Camino de León, el estallido de la Guerra Civil, la trayectoria de las colectividades anarquistas desde su implantación hasta su disolución y las andanzas de la 28 división.

A través de sus páginas el lector puede conocer también la existencia de la colonia de Aymare, una finca que fue adquirida por la CNT en tierras francesas para el socorro de los refugiados, y la de la organización Solidaridad Internacional Antifascista (SIA) encargada de ayudar durante el exilio a sus afiliados y de la que Joaquín Raluy fue secretario en el sur de Francia.

Las palabras de Joaquín Raluy también pretenden ayudar a comprender la tragedia y llevan a sentir el sufrimiento del vencido, la dureza de la cárcel y de la represión, los intentos frustrados de fuga hasta llegar a su huida de la cárcel de Huesca, a la vida clandestina en Barcelona y su huida hasta Francia por Andorra.

El destino del protagonista se cruzó con los de otras muchos cuyas vidas estuvieron marcadas por la Guerra Civil y sus caminos se entrelazaron hasta formar un laberinto donde quedaron prácticamente atrapados el resto de sus días. Las páginas del libro encuentran precisamente su final con una relación de "compañeros libertarios" de los pueblos de la Litera y de otras localidades vecinas que Joaquín Raluy había conocido tanto en la guerra como en la cárcel y en el exilio.