Ocho de los 12 vecinos del bloque XII del conocido como barrio de Corea volverán a sus casas en un plazo de menos de un año, según les ha prometido el alcalde de Palma, Mateu Isern, en una reunión en la que les ha trasmitido que este bloque finalmente no se derribará.

Tras el encuentro, Joana Maria Riera, hija de una de las vecinas, que ha actuado como portavoz de las ocho familias del Camp Redó que han manifestado ya su interés en volver a sus inmuebles, ha mostrado su satisfacción porque podrán volver "a las viviendas que están en rehabilitación". Además, Riera ha apuntado que desconoce qué desean hacer las otras cuatro familias restantes de estas viviendas que no han acudido al encuentro.

Por su lado, el concejal de Urbanismo, Jesús Valls, ha manifestado que las obras del bloque actualmente se encuentran al 45-50%, por lo que el plazo de un año es el "prudencial" para arreglar tanto las obras como los aspectos jurídicos. "En este bloque había 24 viviendas y se acabarán haciendo 19", ha manifestado el edil.

Valls ha recordado que cuando llegaron al Ayuntamiento tras las elecciones municipales de mayo, el nuevo equipo dejó sin efecto el proyecto iniciado durante la anterior legislatura debido a su "inviabilidad económica" (61 millones de euros). No obstante, ha admitido que tenían la "dificultad" de que ya se había iniciado la rehabilitación de las viviendas del bloque XII.

"Para el PP lo principal son las personas y no vamos a paralizar las obras mientras no arreglemos el tema con las personas. Así se lo trasmití a cada una de las familias, menos a una que no nos quiso visitar". En este sentido, ha explicado que se ha alcanzado un acuerdo con cinco personas que tendrán la posibilidad de contar una vivienda alternativa. No obstante, puesto que hay ocho personas que quieren volver, "a pesar de que las causas del contrato no se lo garantizaba del todo", Cort respetará sus derechos, ha indicado.

"No vamos definitivamente a paralizar las obras que era lo que en principio teníamos previsto", ha reiterado Valls quien ha apuntado que ahora el consistorio debe alcanzar un acuerdo con la UTE que lo está llevando a cabo y "arreglar la cuestión jurídica y la cuestión de la obra para poder finalizar el bloque XII".

El regidor ha hecho hincapié en que el Ayuntamiento nunca les ha negado a los vecinos la posibilidad de volver a sus casas, sino que "simplemente pensábamos que lo que les ofrecíamos de vivienda alternativa era mejor, o bien que esperasen a tener una vivienda en el mismo lugar en relación al proyecto que estamos trabajando para redefinir y para llevar a cabo y que daremos a conocer dentro de los próximos meses".

Por el momento, la UTE "entiende" los problemas de "liquidez" del Ayuntamiento y, por tanto, Valls ha confiado en que durante las conversaciones con ésta no habrá ningún problema para la continuidad de unas obras que "no se han paralizado nunca", ha concluido.

Algunos de los vecinos, que se han mostrado muy emocionados tras la reunión con el alcalde y algunos miembros de su equipo de gobierno, han asegurado que no les "representa" la asociación de propietarios del Camp Redó, puesto que ésta desea que se derriben las viviendas de la zona y esta opinión, según ha dicho Riera, no la comparten todos los vecinos.