Ése año nacieron 21.295 pequeños, lo que supone un porcentaje de bautismos del 80%. Un índice ligeramente  inferior a los de 1996 y 2000, cuando el 90% de los bebés  participaron en este sacramento).

Paradójicamente, las bodas religiosas sí están sufriendo un retroceso, ya que cada vez son más los que optan por las bodas civiles a la hora de estabilizar sus relaciones.

Una preferencia que se refleja claramente en las estadísticas y en las opiniones de muchos sevillanos, como la de Francisco Pérez, estudiante universitario de 24 años que, aun teniendo pareja estable desde hace algún tiempo, no quiere oír hablar de pasar por el altar: «Yo lo tengo muy claro. No quiero casarme, pero sí lo hago en un futuro, será por lo civil y por cuestiones de necesidad».

Según los últimos datos del INE, el incremento de bodas no religiosas en ocho años ha sido de un 40%. En 1996 hubo en la provincia 8.905 enlaces, de los que el 83% fueron religiosos, mientras que en 2004,  de las 10.624 uniones que se celebraron, el 76% fueron por la Iglesia, lo que implica 7 puntos de caída.

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No sólo bajan las bodas católicas

Cuando hablamos de bodas religiosas, no hay que pensar sólo en las católicas, ya que en Sevilla se practican más religiones. Aunque las católicas son  las que más descenso están notando, también se observa una bajada en el resto de celebraciones religiosas: si en 1996 hubo 32 bodas de otras religiones, en 2000 se registraron 26 y en 2004, sólo 22.