El Gobierno riojano explica que "se siguió el protocolo" en un caso que "no era de amenaza vital"

El consejero de Presidencia, Emilio del Río, explicó hoy que, en el caso de la paciente vasca que se seccionó un dedo, "se siguió el protocolo" porque "no era un caso de amenaza vital" y, en estos casos, lo que dicta el protocolo es que "el centro receptor envía una ambulancia".

El consejero de Presidencia, Emilio del Río, explicó hoy que, en el caso de la paciente vasca que se seccionó un dedo, "se siguió el protocolo" porque "no era un caso de amenaza vital" y, en estos casos, lo que dicta el protocolo es que "el centro receptor envía una ambulancia".

Del Río se refirió, en la rueda de prensa de Consejo de Gobierno, a la publicación de El País titulada "La Rioja negó una ambulancia a una vasca con el dedo seccionado" que el periódico saca hoy en sus ediciones impresa y digital, y que incluye una entrevista a la paciente.

El consejero destacó que es un caso que no tiene nada que con las negociaciones que La Rioja y País Vasco están ejecutando para la atención de pacientes alaveses en La Rioja. "Se hacía antes y se sigue haciendo" de la misma manera y bajo protocolo, insistió.

Señaló que "la atención que se ha prestado ha sido correcta. "Si alguien quiere enredar aquí", añadió, "no tiene ningún motivo: los tiempos de espera han sido los normales y los protocolos los habituales".

La paciente, explicó, llegó al San Pedro, en el Servicio de Urgencias, se le asistió pero "no hay especialidad de microcirugía en La Rioja: si le pasa a un paciente también habría que enviarle fuera".

Ingresa "a las 12:33 y, si hubiera sido un caso de amenaza vital, el centro emisor (el San Pedro), si no puede atenderle, le envía en una ambulancia de su sistema a un centro emisor, pero no es un caso de amenaza vital".

Mientras tanto, "se llevan a cabo todas las tareas de un preoperatorio de forma que la operación podría llevarse a cabo nada más llegar al hospital donostiarra".

Del Río también se refirió a un caso "como tantos" de un paciente riojano que sufrió un ictus en Benidorm y "se le estabilizó y, como no era una amenaza vital, La Rioja envió una ambulancia para recoger al paciente y tratarlo".

Según publica El País, "el miércoles pasado Miren Martínez, de 31 años, se cortó en la mano izquierda podando vides en la bodega que su familia tiene en Elciego (Álava). Inmediatamente, uno de los trabajadores de los viñedos la llevó al Hospital de San Pedro, en Logroño, el centro más cercano; a apenas 12 kilómetros".

"Allí, los médicos le quitaron el guante que le cubría la mano y vieron que las tijeras mecánicas le habían seccionado el pulgar. Una parte aún le colgaba. El dedo debía reimplantársele con microcirugía, una especialidad de la que carece el hospital logroñés".

"Martínez debía trasladarse, por tanto, urgentemente al centro de referencia que le corresponde: el Hospital Donostia, de San Sebastián. El servicio riojano de salud, sin embargo, se negó a transportarla en una de sus ambulancias. Martínez tuvo que esperar una que el País Vasco envió desde Vitoria. Más de cinco horas después -el límite recomendado para operar son seis-, los médicos le reimplantaron el dedo".

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