Juzgan a un presunto violador acusado de cometer seis agresiones

  • Se enfrenta a 60 años de cárcel por varios delitos de agresión y robo.
  • Una de sus víctimas asegura que el hombre se excusó alegando que se sentía humillado por el trato recibido en España.
Imagen de archivo de la Audiencia Provincial de Madrid.
Imagen de archivo de la Audiencia Provincial de Madrid.
EP
Imagen de archivo de la Audiencia Provincial de Madrid.

Juan Eduardo L.T. se sienta en el banquillo de los acusados desde este lunes por seis delitos de agresión sexual, dos delitos de lesiones, dos tentativas de delito de robo con violencia e intimidación, dos delitos de robo con intimidación, cuatro faltas de lesión y dos delitos de robo con violencia e intimidación.

El procesado se enfrenta a 60 años de cárcel por los delitos que se le imputan. En su declaración, el procesado ha asegurado que no recordaba ninguna de las violaciones y se ha escudado en que en aquella época bebía mucho y "fumaba muchos canutos" por la situación en la que se hallaba, ya que vivía en la calle al estar desempleado desde 2008. Tan sólo ha reconocido que trató de robar a una de las chicas que le acusa de intentó de violación.

Una de sus posibles víctimas ha relatado en el juicio que ha comenzado en la Audiencia Provincial de Madrid cómo el procesado se excusó del acto vejatorio al que le había sometido tras abordarla en plena calle por sentirse humillado por el trato recibido en España.

"Me cogió por detrás, me agarró por el cuello e intenté zafarme, pero no pude. Me arrastró hacía unos arbustos y me dijo: Si continúas poniéndomelo difícil, te mató. Intentó violarme, pero no pudo. Pese a ello, me agredió sexualmente. Me decía que estuviera tranquila y si hacía algún movimiento brusco, me amenazaba con matarme. Después trató de excusarse en que se sentía humillado por mi país al haber perdido el trabajo", relató la mujer.

Detenido tras otro asalto

Según el fiscal, el 'modus operandi' de Juan Eduardo L.T. siempre era el mismo: se abalanzaba sobre las mujeres cuando se encontraban en el portal de sus respectivos inmuebles. El procesado agarraba fuertemente a sus víctimas para tirarlas al suelo mientras las amenazaba, en algunos casos con matarlas, y les robaba sus pertenencias: dinero, tarjetas de crédito, móviles, reproductores de música, una cámara de fotos, entre otros objetos.

El 24 de mayo de 2009, tras pasar dos horas y treinta y cinco minutos de su último asalto, abordó en la calle Carretera de Canillas a otra mujer, a la que también tiró al suelo, intentó robarle el dinero y le quitó la ropa interior, pero en ese momento aparecieron cuatro Policías Nacionales que procedieron a la detención del procesado.

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