Un trabajador sufría estrés laboral y permaneció de baja médica tres meses. Se le diagnosticó una personalidad obsesiva y síndrome ansioso depresivo. Cuando recibió el alta, a la empresa se le comunicó el diagnóstico.

El problema surge cuando el trabajador se reincorpora y asume grandes responsabilidades para cuya realización no cuenta con la ayuda necesaria. Así, tiene que permanecer en el trabajo tras finalizar su jornada, realiza horas extraordinarias que no se le retribuyen y se le proporciona un teléfono móvil para resolver problemas fuera de su horario laboral.

Las partes

El trabajador

En el juicio reclamó la extinción de su contrato de trabajo y una indemnización de 45 días de salario por año de servicio, la misma prevista en los despidos improcedentes.

La empresa

La empresa se defendió diciendo que en ningún momento infringe los artículos correspondientes de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales referentes a la evaluación del puesto de trabajo y vigilancia de la salud de los trabajadores; tampoco los referentes al incumplimiento contractual que ello supone según el Estatuto de los Trabajadores (artículo 50).

La sentencia

El fallo judicial consideró que el empleado padecía estrés laboral. No importa que se considere éste como enfermedad profesional o no, en cuanto al posible incumpliendo contractual que pudiera suponer. El estrés laboral es un riesgo psicosocial derivado tanto de aspectos laborales como del contexto social y ambiental, que puede causar daños físicos, sociales o psicológicos en los trabajadores.

Según el tribunal, una vez que el empresario sabe que un empleado sufre este tipo de estrés, está obligado a adoptar medidas para prevenirlo, eliminarlo o reducirlo, ya que sobre el empresario pesa la obligación genérica de garantizar la seguridad y salud de los trabajadores.

El hecho de no observar este deber básico se considera incumplimiento del contrato de trabajo por parte de la empresa. Así pues, el tribunal concedió al demandante la extinción del contrato de trabajo con derecho a percibir una indemnización de 45 días por año trabajado.