Condenado a cinco años de cárcel el vallisoletano que conducía ebrio y mató a una pareja que iba en moto

El Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid ha condenado a cinco años de cárcel al vallisoletano Antonio N.A. como responsable de la muerte de una pareja el pasado mes de abril en Santovenia (Valladolid) a la que atropelló y abandonó en el escenario del accidente cuando conducía un todo terreno bajo la influencia del alcohol y sin seguro.

El Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid ha condenado a cinco años de cárcel al vallisoletano Antonio N.A. como responsable de la muerte de una pareja el pasado mes de abril en Santovenia (Valladolid) a la que atropelló y abandonó en el escenario del accidente cuando conducía un todo terreno bajo la influencia del alcohol y sin seguro.

En su sentencia, la juzgadora entiende que los hechos son constitutivos de dos delitos de homicidio por imprudencia y de otro contra la seguridad del tráfico, con la atenuante de confesión, y ha resuelto imponer al acusado cinco años de prisión y siete de retirada del carné, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

El fallo no hace referencia al capítulo de responsabilidad civil puesto que los familiares de las víctimas ya han sido convenientemente indemnizados, a razón de unos 80.000 euros por cada fallecimiento, y con otros 3.000 euros por los daños registrados en la moto.

El trágico accidente, en el que perdió la vida la pareja de novios compuesta por el vallisoletano de 35 años José Miguel G.F. ('Choche') y la colombiana de 31 Gloria Andrea C.S, se produjo sobre las 23.45 horas del pasado día 15 de abril en la Avenida de Santander, frente a la azucarera ACOR, dentro del término de Santovenia, donde el todo terreno Hyundai Terracan que conducía el condenado impactó brutalmente contra la motocicleta en la que viajaban los fallecidos y, acto seguido, se dio a la fuga.

Durante el juicio, el acusado se declaró culpable de los hechos, pidió pedido perdón a los familiares de las víctimas y anticipó ya que además de las penas que pudieran caerle la más pesada de las condenas la lleva ya en la conciencia. "¡Lamento mucho lo ocurrido, si hubiera visto la moto hubiera parado, llevo ya siete meses en prisión pero la mayor condena es saber que he matado a dos personas!", confesó entre lágrimas.

El responsable del doble fallecimiento se presentó al día siguiente del accidente en el Cuartel de la Benemérita, acompañado de sus padres, para dar cuenta de que se había enterado por el periódico de lo ocurrido y sospechaba, según alegó entonces, de que pudiera haber sido el autor del siniestro, ya que cuando se produjo el impacto pensó que se había dado con el guardarrail. Luego, en dependencias de la Policía Local, fue sometido a la prueba de detección alcohólica, que dio un resultado positivo.

Quintuplicaba la tasa máxima

En este sentido, el jefe de la Sección de Investigación de Accidentes de la Policía Municipal fue categórico al afirmar en el juicio que homicida circulaba la noche de autos a una velocidad excesiva para una vía limitada a 50 kilómetros hora y con una tasa de alcoholemia que quintuplicaba la máxima permitida.

En el primer caso, el perito cifró la velocidad entre los 75,6 y los 92,4 kilómetros hora, cálculo obtenido tras cotejar la frenada de 22,8 metros que dejó el todo terreno sobre la calzada y la proyección de los dos cadáveres de las víctimas, sobre todo el de ella, que quedó a 44,3 metros del punto de impacto, mientras que con respecto a la ingesta de alcohol el agente apuntó que si la tasa dada al día siguiente del accidente era de 0,56 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, "752 minutos después de los hechos", se podía asegurar que cuando se produjo la doble muerte la tasa oscilaba entre los 1,2 y 1,37 miligramos.

Por ello, a la hora de reconstruir qué ocurrió esa noche, el perito sostuvo que la velocidad excesiva y el alcohol provocaron que el todo terreno Hyundai Terracan impactara contra la motocicleta, sin que el acusado realizara maniobra evasiva alguna y luego, tras pisar el freno, continuara su marcha sin detenerse a socorrer a las víctimas.

"El impacto de la mujer con el todo terreno fue brutal al salir despedida de la moto, golpear en la parte delantera derecha y el capó del vehículo y pasar por encima del parabrisas", enfatizó el agente, quien por ello se mostró convencido de que el conductor "tuvo que percatarse necesariamente de lo ocurrido", afirmación que echaba por tierra la versión del imputado de que creyó que impactaba con un guardarrail, elemento de seguridad, además, del que carece dicha vía.

El Ministerio Fiscal había solicitado para el acusado un total cuatro años de prisión por dos delitos de homicidio imprudente en concurso con sendos delitos contra la seguridad vial, mientras que la acusación particular, que inicialmente interesaba nueve años—incluía el delito de omisión del deber de socorro—rebajó la petición a ocho años, a razón de cuatro años por cada homicidio imprudente.

La defensa, por su parte, había pedido dos años de cárcel al aplicar a su patrocinado las atenuantes de confesión y reparación del daño causado, ya que los familiares de las víctimas han sido indemnizados por el Consorcio de Compensación de Seguros.

El defensor, en su intervención final, declaró que el trágico accidente pudo estar motivado por la falta de iluminación en la zona, algo que corroboraron todos los agentes que comparecieron en la vista, y también ante la posibilidad de que la motocicleta en la que viajaba la pareja tuviera estropeada la luz trasera, lo que, a su juicio, impidió a su patrocinado percatarse de que la tenía delante.

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