Piden 20 años de cárcel para el acusado de apuñalar a un hombre en un bar de Girona

El procesado afirma que no es consciente de haberle clavado el cuchillo

La Audiencia de Girona ha empezado a juzgar este lunes a José Luís A.A., el acusado de apuñalar a un hombre en el exterior del bar 'Cal Tiet' del barrio de Santa Eugènia de Girona el 7 de noviembre de 2009; el autor del crimen se enfrenta a 20 años de cárcel y a pagar una indemnización a la familia de la víctima de hasta 204.000 euros.

Según el fiscal y la acusación particular, el procesado discutió con un hombre dentro del bar, cogió un cuchillo de grandes dimensiones de detrás de la barra y una vez en la calle se lo clavó en el pecho a la víctima; de hecho, el camarero del local, Marçal R.V., se enfrenta a una pena de dos años de prisión por encubrimiento, ya que limpió el arma ensangrentada y la escondió en el almacén del bar.

En la primera sesión de juicio, ante el jurado popular, el acusado, que solamente ha querido responder a las preguntas de su abogado, ha afirmado no ser consciente de haber clavado el cuchillo a la víctima y que evidentemente en ningún momento pensó en matarle ya que simplemente cogió el cuchillo para "asustarle".

Procesado y víctima discutieron en el bar por algo que dijo el segundo sobre la hija del primero y la pelea llegó a la calle; "sabía que era un pieza y pensé que quería pegarme por como me decía que saliera a la calle, por eso cogí el cuchillo, por miedo por si él también tenía uno", ha relatado José Luís A.A.

El acusado ha reconocido que estaba "alterado" y que la víctima lo "encabritó" al meterse con su hija.

Un hecho que ha corroborado el camarero imputado por encubrimiento ya que ha declarado que la víctima estaba más tranquila que José Luís A.A. a quién ha definido como alguien "agresivo verbalmente".

El principal acusado ha relatado que forcejearon y cayeron al suelo y que entonces oyó el "clinc" del cuchillo al caer al suelo, pero que en ningún momento fue consciente de habérselo clavado a la víctima; incluso ha explicado que cuando los testigos les separaron la víctima se levantó y que no pensó en ningún momento que fuera a morirse.

José Luís A.A. se entregó a la policía dos días después de los hechos, después de hablar con su hermana y su padre y enterarse que el hombre con el que se había peleado estaba muerto.

El camarero eliminó la prueba principal

Marçal R.V. ha apuntado en su declaración de este jueves que tanto el principal acusado como la víctima estuvieron un rato discutiendo en el bar, que la víctima entraba y salía y que se decían cosas, pero que no sabe decir qué cosas; y que en ningún momento vio a José Luís A.A. coger el cuchillo.

El camarero salió a la calle cuando los dos hombres que se peleaban caían al suelo; "vi a la víctima encima del acusado, un poco cruzado y me di cuenta que tenía el cuchillo clavado en el pecho y que salía mucha sangre", ha expuesto.

Acto seguido, ha contado, se giró por la impresión que le dio la sangre y oyó como el cuchillo caía al suelo; se volvió otra vez hacia la pelea y observó como la víctima cogía el arma e intentaba atacar al procesado; fue entonces cuando intervino y le cogió el cuchillo agarrando a la víctima del codo.

"Me fui y ellos seguían peleándose, entré corriendo en el bar, puse el cuchillo en la pica y me lavé las manos, en ese momento el cuchillo se moja, pero yo no le doy con jabón, ni con un estropajo ni con nada, simplemente le paso el dedo por encima y lo guardo en el almacén", ha explicado.

"Yo solamente quería quitarme la sangre de las manos, fue un acto reflejo, incluso cuando lo guardé en el almacén no sabía lo que hacía, de hecho, ojalá no lo hubiera cogido de la calle", ha continuado.

Por todo ello, ha insistido en que no pensaba que al lavarse las manos y mojar el cuchillo estuviera eliminando la principal prueba del caso; aunque ha admitido que sí pensó que la víctima podía llegar a morir "por como tenía clavado el cuchillo".

El fiscal pide 15 años de cárcel y 142.800 euros de indemnización para la hija y los padres de la víctima para José Luís A.A., por un delito de homicidio; y dos años de prisión para Marçal R.V. por un delito de encubrimiento.

La acusación particular, por su parte, pide 20 años de cárcel y 204.000 euros de indemnización para el principal acusado; y dos años de prisión para Marçal R.V.

Por su parte, la defensa de José Luís A.A. afirma que se trata de un homicidio imprudente y aplica la eximente completa de alcoholismo y drogadicción; el letrado defensor del camarero pide su absolución.

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