Laura Freixas: "Para la cultura, a la larga, las mujeres comienzan a ser incómodas"

  • La escritora catalana presentó su novela 'Los otros son más felices', una historia sobre dos familias y sus diferencias.
  • Áurea, la protagonista, es una madrileña que realiza un viaje hasta un pueblo de la Costa Brava para pasar el verano con sus primos.
  • Freixas analiza en el libro las diferencias sociales desde distintas perspectivas mientras reflexiona sobre el éxito y los méritos.
La autora Laura Freixas, presidenta de la Asociación de Clásicas y Modernas, organizadora de esta iniciativa.
La autora Laura Freixas, presidenta de la Asociación de Clásicas y Modernas, organizadora de esta iniciativa.
EFE
La autora Laura Freixas, presidenta de la Asociación de Clásicas y Modernas, organizadora de esta iniciativa.

"Hay pocas mujeres en el mundo de la cultura y no es cuestión de tiempo, es una cuestión de edad. Para la cultura, a la larga, las mujeres comienzan a ser incómodas", ha manifestado este jueves la escritora Laura Freixas, quien presenta su nueva novela, Los otros son más felices (Destino), una historia de dos familias y las diferencias sociales que les envuelven.

"Cuando miramos a los demás vemos nuestros sueños proyectados en ellos, pocas veces los vemos con lucidez", ha señalado la autora. Este relato que ahora publica bebe de su propia biografía, marcada por dos familias, la materna y la paterna, una procedente de la burguesía catalana y, la otra, de una familia de clase baja castellana.

Por ello, Freixas afirma que a lo largo de sus 53 años de vida, y de su andadura literaria, siempre ha mirado la vida y las diferencias sociales desde distintas perspectivas, que se leen entre las líneas de este libro.

"He escuchado varios argumentos: desde el designio divino, como fruto de una sociedad de clases injusta, o como fruto de los méritos y el trabajo de cada uno", explica.

La envidia

La protagonista de esta novela es Áurea, una madrileña procedente de un pueblo de Castilla-La Mancha, quien realiza un viaje hasta un pueblo costero de la Costa Brava para pasar el verano con sus primos. "Descubre la libertad de vivir de otra manera, que tiene otro reverso oscuro: la responsabilidad, el sentimiento de fracaso y la envidia", indica.

"Tal y como señaló Hannah Arendt, la envidia es un sentimiento democrático, porque una sociedad donde todo el mundo tiene las mismas oportunidades te hace interpretar la diferencia social como un fracaso, por lo que no envidiarías si pensases que se trata de un designio divino y no tiene nada qué ver contigo", explica la autora.

Respecto a este pensamiento acerca del otro y de la realidad de su felicidad, Freixas menciona una frase de Marcel Proust, que también aparece en esta novela: "El hombre es un ser que no puede salir de sí mismo, que no puede conocer a los demás sino en sí mismo, y diciendo lo contrario miente".

Literatura femenina, desprestigiada

En esta novela, con en sus relatos anteriores, la condición de mujer es un pilar y un eje alrededor del que se mueven sus aspiraciones, como escritora y como voz conductora del relato. Su posición respecto a la literatura femenina es clara y reivindica una perspectiva de la mujer "más allá de sus intereses amorosos".

En este sentido, lamenta que "muchas escritoras rechazan el concepto de literatura femenina porque sienten que está desprestigiado". Sin embargo, indica que "no hay que luchar contra el concepto, sino contra el desprestigio de todo lo femenino". Esa "descalificación" del concepto es, a su juicio, un "defecto de la cultura patriarcal".

Para desgracia de las escritoras, pensar que "si existe algo femenino entonces será de segunda categoría" es un bache para alcanzar nuevos lectores e interés en el mundo de la literatura. Por un lado, en lo femenino está implícito lo marginal, pero "una actitud de negar que haya diferencias te pone en una situación difícil, porque te hace negar lo evidente y asumes que esa diferencia es negativa".

Para evitar que la literatura solo hable de las mujeres a través de sus relaciones con otros hombres, o que se aborden otros temas hasta ahora escondidos como el "embarazo", Freixas solo ve una vía posible: asociarse. De hecho, la escritora preside la Asociación Clásicas y Modernas, que organiza debates y lucha contra la desigualdad. "El machismo no se cura con cultura patriarcal, se cura con feminismo", señala.

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