El Servicio de Información Sísmica del Instituto Geográfico Nacional tiene registrados un total de 26 terremotos "significativos" en Asturias desde el año 1843, cuando fija un evento ocurrido en Gijón, si bien no consta su magnitud en la escala Richter. Es la tercera comunidad con menor número de seísmos de entidad ocurridos en la historia reciente de la península ibérica.

Únicamente Cantabria, con 18 seísmos contabilizados desde el año 1909, y Madrid, con 24 señalados desde 1756, han registrado una menor actividad notable en estos últimos dos siglos. En el caso de Asturias, el mayor terremoto apuntado en su historial registrado fue en Teverga en 1950, y alcanzó una magnitud de 4,6, sólo seis puntos inferior al que sufrió la localidad murciana de Lorca, el pasado 11 de mayo de este año, y que ocasionó numerosos destrozos y un total de nueve fallecidos.

Los seísmos incluidos en el listado se reparten por toda la comunidad, si bien predominan los ocurridos en la zona occidental de Asturias, las más cercana a la provincia de Lugo (en concejos como Cangas del Narcea, Tineo o Vegadeo). En este territorio gallego, cuya actividad sísmica es más frecuente, el Servicio de Información Sísmica ha registrado 114 seísmos de entidad desde 1804.

La situación de Asturias poco tiene que ver con las provincias del sur de España, especialmente Almería, Málaga y Murcia, donde los eventos se cuentan por cientos desde la época medieval. La cercanía del choque de placas africana y euroasiática hace que esta zona sea la de mayor actividad sísmica.

Así lo recoge en un estudio Carlos López Fernández, del área de Geodinámica de la Facultad de Geografía de la Universidad de Oviedo, quien publica su trabajo en el primer número de la revista 'Ciencies', editada esta semana por la ACademia de La Llingua, en colaboración con la Institución Académica.

El investigador explica las diferencias entre el escenario sísmico del sureste peninsular y el asturiano, donde "no cabe esperar que se supere la magnitud del terremoto de Lorca", pues "los seísmos percibidos por la población son anecdóticos".