La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a internamiento en un centro psiquiátrico durante siete años y cuatro meses al hombre que intentó causar la muerte a su madre, de 81 años, después retenerla cinco horas amordazada en una silla en el interior del domicilio que ambos compartían en El Ejido (Almería) y amenazarla de forma reiterada.

A.F.F. mostró conformidad durante la vista oral celebrada ante el tribunal de la Sección Tercera después de que el fiscal decidiese modificar el escrito de acusación y rebajar, así, la pena inicial que se elevaba a nueve años y seis meses al estimar que actuó con capacidad volitiva alterada debido al trastorno esquizoafectivo e histriónico que padece.

La medida de seguridad de ingreso en un centro especializado para el tratamiento de su trastorno de la personalidad, que sustituye la prisión, se prolongará durante cuatro años por el delito de homicidio en grado de tentativa, tres por el delito de detención ilegal y otros cuatro meses por el delito de amenazas. El fiscal no aplicó la eximente completa de alteración psíquica ya que considera que su capacidad intelictiva no estaba anulada por completo.

Los hechos se remontan a septiembre de 2010. El procesado, con intención de atemorizar a su madre, comenzó a amenazarla con expresiones como "de esta noche no vas a salir y va a parecer un suicidio" para a continuación retenerla sentada en una silla, amordazarla con un pañuelo y meterle unas tijeras por los orificios nasales.

Con ese mismo instrumento y un hacha le cortó el pelo y la mantuvo privada de "libertad ambulatoria" desde las 21,00 horas hasta las 02,00 horas del día siguiente, momento en el que la dejó que se marchase al dormitorio en un estado de "lógico temor y desasosiego" no sin antes quitarle el teléfono móvil y las llaves de la casa.

Poco después, regresó al dormitorio y allí intentó forzar a su madre a beber productos tóxicos con la intención de acabar con su vida. La víctima logró evitar que le diera aguarrás y la Policía Nacional irrumpió en la vivienda cuando se disponía a darle de beber de una botella de amoniaco. Los agentes acudieron alertados por un vecino que oyó "alarmado" los gritos de auxilio que profería la anciana, quien no dejaba de implorar a su hijo que la dejara.