Decenas de afectados por la trama de los 'niños robados' se han concentrado este miércoles a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Valencia para reclamar que no se archiven sus casos, que los hospitales faciliten las historias clínicas, que se abran las tumbas y que se investigue "hasta el final". La mayoría de los supuestos casos de robos de bebé en España se sucedieron entre los años 60 y 80, cuando presuntamente desaparecieron al nacer en diferentes hospitales.

La concentración que ha tenido lugar desde las 9.00 hasta las 13.00 horas en la capital del Turia, se ha realizado al mismo tiempo en diferentes ciudades de España, ante la sede de todos aquellos juzgados competentes en la materia. En ellas, han aprovechado para pedir firmas —necesitan 500.000— para llevar esta causa ante el Tribunal de Estrasburgo, en caso de que la justicia española no la resuelva.

Detrás de una pancarta que clamaba 'Justicia. Investigación hasta el final', los afectados por esta trama han lamentado la actitud de los hospitales valencianos, a excepción de La Fe que se muestra más colaborador, ya que, según han explicado, no les dan sus historiales clínicos alegando que los han perdido o que se han destruido.

Así, Maria Jesús quiere conocer su historia clínica, "saber los antecedentes que tengo, conocer a mis padres biológicos, y la verdad", ha manifestado en declaraciones a Europa Press. "Debería prevalecer el derecho a saber sobre el derecho a la intimidad", ha defendido.

En la misma línea, Dolores Mora ha criticado que "se están poniendo muchas trabas para conseguir la información y cuando denunciamos archivan las denuncias". En busca de su hijo nacido desaparecido al nacer en 1980, Dolores considera que tanto su caso como el de los demás afectados "deberían ser todos el mismo caso". Según ha criticado, en los juzgados dicen que no tienen nada en común pero "siempre hay relación", ha asegurado.

A su entender, parece que quieren "taparlo, callarnos", pero ellos seguirán concentrándose, al menos una vez al mes para reclamar "que no se archiven estos casos, que se investiguen y que se abran las tumbas".

Según Salvador Sirera, a quien le dijeron que su hijo había muerto después de verle nacer vivo, ahora "está todo muy parado" y pese a la denuncia que ha interpuesto, ha sido citado a declarar y luego le han comunicado que se suspendía el acto, mientras a su mujer todavía no la han llamado.