El exconsejero de Economía y Hacienda cántabro Ángel Agudo ha asegurado este lunes que el anterior Gobierno regional (PRC-PSOE) decidió en 2003 "impulsar" el proyecto de la fábrica GFB (cuyas principales líneas ya "estaban trazadas" por el anterior Ejecutivo PP-PRC) para no perder la "oportunidad" de generar una inversión próxima a los cien millones de euros y crear cerca de 250 puestos de trabajo.

"El intento merecía la pena", ha confesado en su intervención ante la Comisión de Investigación parlamentaria que analiza el proyecto y en la que ha acusado al PP de "hacer todo lo posible" para "reventar" las salidas buscadas por PRC-PSOE a la yesera de Orejo (Marina de Cudeyo) y les ha culpado de que la factoría "no haya salido adelante".

Además, en relación a las diferencias entre el valor de la compra de la maquinaria y el del posterior peritaje, el socialista ha asegurado que "no hay caso", ya que no se trata de un "desfase" sino de un problema con el tipo de cambio de la moneda empleada. Ha indicado al respecto que las máquinas, que fueron compradas en 2004 por GFB, costaban 40 millones de dólares, que equivalen a 44,4 millones de euros, la misma cuantía en la que fueron peritadas en 2008.

Así lo ha explicado, durante casi cuatro horas, ante la Comisión de Investigación creada en la Cámara regional a petición de los 'populares' para analizar lo ocurrido en torno a la instalación en Orejo de la planta de yeso, que se encuentra en concurso de acreedores y con sus 77 trabajadores en ERE, todo ello sin haber llegado a iniciar la producción.

Tras la intervención de Agudo, la portavoz del PP María Antonia Cortabitarte ha lamentado las "falsedades" en las que, a su juicio, ha incurrido el exconsejero, y ha concluido que "el único beneficiado" en la venta de la maquinaria fue el socio costarricense, al elegirse una moneda que favorecía a este grupo empresarial y no al socio minoritario, el Gobierno de Cantabria, que participaba en un 30% del proyecto a través de la empresa pública Sodercan.

El titular de Economía —que en la actualidad es presidente de Correos— ha recordado que el proyecto de la yesera fue anunciado por el Gobierno PP-PRC en primavera de 2003, y meses después retomado por la coalición alcanzada entre socialistas y regionalistas tras las elecciones.

Tras aseverar que hubo contactos "al más alto nivel" entre el Gobierno de José Joaquín Martínez Sieso y el grupo Pujol Martí, Agudo ha indicado que el nuevo bipartito PRC-PSOE analizó los "riesgos" y "oportunidades" de "un proyecto de esta naturaleza" y decidió poner la fábrica en marcha para "atraer inversión y generar puestos de trabajo", pero no en Reinosa, como inicialmente estaba previsto, sino que buscaron otro emplazamiento.

De hecho, y según ha precisado Agudo, los socios mayoritarios "nunca" habían tenido la intención de instalarla en Campoo, por costes logísticos, de ahí que finalmente se optara por un emplazamiento más cercano al puerto de Santander. "Salvo ese matiz, las líneas estaban trazadas desde el Gobierno anterior", ha sentenciado.

Tras reflexionar que un instrumento como el Instituto Cántabro de Finanzas (ICAF) hubiera sido "muy útil" en el momento de la puesta en marcha del proyecto, el exconsejero ha desgranado los problemas que surgieron y que, fundamentalmente, estaban relacionados con la incapacidad del socio privado de cumplir los compromisos adquiridos y, también, con el hecho de que la empresa Sodercan no estuviera dispuesta a pasar de ciertos niveles de "riesgo".

Todo ello, unido a la crisis, que ha afectado principalmente al sector de la construcción, llevó al Gobierno cántabro a plantearse vender su parte y buscar nuevos socios que entraran a formar parte de la gestión del proyecto, extremo que se estuvo "a punto de conseguir" dos veces, primero con una empresa italiana y después con una colombiana.

Si no se logró, ha apuntado Agudo, fue, además de por el coyuntura económica, por la existencia en España de un duopolio en el sector, que hizo "todo lo posible" para dificultar la entrada de "un tercero" que les "destrozara" esa situación.

En la misma línea, cuanto "más cerca" estaba el Gobierno regional de cerrar la operación, más iniciativas parlamentarias presentaba la oposición (PP) y más críticas hacía en la prensa, generando un ambiente de "crispación" y "confrontación". Todo ello convirtió a GFB en un "escándalo de índole política" que impidió generar la "suficiente confianza" por parte de los inversores.

A este respecto, el exconsejero socialista ha recordado que el por aquel entonces líder de la oposición y ahora presidente del Gobierno, Ignacio Diego, llegó a "desprestigiar" el fibroyeso manifestando que era un "mal producto", una "porquería" que "no vale para nada", al tiempo que valoraba el pladur —que era la "competencia"— como "lo mejor del mundo".

"Hicieron todo lo posible para reventar esto", ha criticado Agudo sobre el comportamiento de los 'populares'. "Usted es tan irresponsable como el que más de que GFB no haya salido adelante", ha reprochado a la portavoz del PP.

MAQUINARIA

En relación a la maquinaria, que ha centrado el grueso de las preguntas del PP, Agudo ha afirmado una y otra vez que "no hay caso", y ha argumentado en relación al supuesto desfase que "no se puede usar un dato del año 2000 y aplicar el tipo de cambio de 2011".

En cualquier caso, el exconsejero de Economía ha recalcado que "GFB" -no solo el Gobierno cántabro- compró las máquinas a Euroamérica, que no ha "cobrado" tal cuantía, ya que la planta debe generar unos recursos para poder pagar, según ha dicho.

También ha negado que el dinero se haya "ido por la alcantarilla", ya que tras una inversión "de enorme magnitud" se instaló una maquinaria que es "de todo menos chatarra". Es más, se ha mostrado convencido de que la fábrica de yeso aún puede funcionar y producir, aunque ha admitido que el momento actual sigue siendo "delicado" y, por tanto, no es "el más adecuado". "Será difícil, más en una situación complicada, pero no imposible", ha apostillado, antes de reiterar que no tiene "ninguna duda" de que la yesera "va a arrancar" y de que Sodercan "recuperará parte" de lo invertido.

Sobre esta cuestión, en respuesta a preguntas planteadas en la Comisión, Agudo ha indicado que, en un principio, la factoría de Cantabria (que es "dos o tres veces más grande" que la que hay en Costa Rica) se proyectó para atender la demanda alemana pero, posteriormente y en base a una "estrategia comercial" se apostó por reorientar la producción hacia España, ya que el mercado doméstico se había "disparado" y se estaban construyendo en nuestro país "más casas que en toda Europa".

En relación a la pretensión del socio costarricense de aportar la maquinaria como capital, Agudo ha precisado que en Costa Rica sí se puede hacer así, pero en España lo impiden las leyes mercantiles.

En cualquier caso, Agudo ha concluido que el problema "real" de GFB no era la maquinaria o su valoración, sino que el socio mayoritario "no cumplió los compromisos". El Gobierno empezó a tener "problemas" y "dudas" sobre el proyecto y Pujol Martí en un Consejo de Administración celebrado en Costa Rica.

Además, Agudo prefiere ser criticado por tomar decisiones y asumir riesgos que por mantenerse en la "inacción", ya que esto último lleva a la "parálisis", que es "en lo que estaba Cantabria en 2003".

Finalmente, la portavoz del PP ha cuestionado que se inviertan 44 millones en una maquinaria que estaba sin valorar y no ve "lógico" que el peritaje se haga cuatro años después. Asimismo, ha lamentado las "contradicciones, evasiones y cuestiones sin aclarar" que ha dejado Agudo en la Comisión de Investigación.