El Ayuntamiento de Logroño tendrá, previsiblemente para el mes de mayo de 2012, un estudio en el que se delimitarán y fijarán nuevas zonas arqueológicas en el Monte Cantabria, más allá del yacimiento consolidado, además de recopilar toda la documentación existente sobre los trabajos realizados con anterioridad en todo este entorno.

Con este fin, el Consistorio va a licitar "próximamente", por un importe de 61.000 euros, un contrato para realizar una serie de actuaciones arqueológicas en el yacimiento del Monte Cantabria y su entorno de protección, tal como han adelantado este martes los concejales de Desarrollo Urbano, Pedro Sáez Rojo, y de Cultura, Pilar Montes.

Sáez Rojo ha detallado que el presupuesto para realizar estas actuaciones procede de la recuperación "de una subvención de hasta 80.000 euros concedida por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura que el bipartito PSOE-PR dejó sin gestionar".

Además, ha señalado que "la nueva Corporación ha solicitado una prórroga de diez meses para poder cumplir con los trabajos objetos de la subvención", a lo que ha sumado que "el pasado 14 de octubre la Junta de Gobierno Local aprobó la aceptación de la subvención y la solicitud de prórroga".

De este modo, y con un plazo estimado para la realización de los trabajos de cuatro meses desde la firma del contrato, "aproximadamente para el mes de mayo del próximo año estará finalizado el estudio", según ha estimado el edil de Desarrollo Urbano.

"Se pretende aportar rigor y seriedad contando con un mayor conocimiento del entorno, recopilando todos los trabajos realizados hasta el momento y obteniendo información geográfica y geométrica del yacimiento y de su entorno", ha incidido.

Sáez Rojo ha reseñado que los trabajos se llevarán a cabo en tres fases. La primera "se centrará en la gravera oriental del entorno de protección del yacimiento del Monte Cantabria, donde, por un lado se realizará una campaña de sondeos y caracterización arqueológica en esta zona".

A ello ha sumado que se desarrollará un trabajo de campo, en el que una vez detectada la presencia de restos arqueológicos en el subsuelo estos serán exhumados de manera manual, y posteriormente los sondeos serán nuevamente cubiertos con material de la excavación. Se estima una excavación mínima de 300 metros cúbicos de tierra.

Por último, en esta misma fase, "se procederá a la limpieza, catalogación y almacenamiento de los restos que puedan aparecer, que serán depositados en el Museo de La Rioja", un proceso de sondeo que "se registrará en una memoria detallada".

La segunda fase actuará sobre el yacimiento constatado, en el que se llevará a cabo también una documentación geométrica de los restos patrimoniales: establecimiento de una red en el sistema de coordinadas oficial, levantamiento en planta de las estructuras arqueológicas descubiertas, alzado mediante ortofotografía del desarrollo completo de la muralla, levantamiento en planta de alineaciones y límites de la gravera y eliminación de la vegetación necesaria para el desarrollo de los trabajos arqueológicos.

La última fase del proyecto, como ha detallado el concejal, consistirá en "una recopilación y revisión de toda la documentación existente sobre el yacimiento del Monte Cantabria y su entorno de protección". Se digitalizará e informatizará toda la documentación recopilada y finalmente se redactará un informe final que ordene, resuma y evalúe todos los trabajos realizados.

Bien de interes cultural.

Por su parte, Pilar Montes ha explicado que estos trabajos resultan "imprescindibles para determinar la carga arqueológica de los espacios anexos al yacimiento, nos dará las pautas de los pasos a seguir para continuar con la declaración de Bien de Interés Cultural y el desarrollo del Plan Director parque arqueológico y paisajístico Monte Cantabria".

Ha recordado que "en el año 2010, se iniciaron dos procesos paralelos, por una parte, la redacción del Plan Director, con aspectos arqueológicos y paisajísticos, y, por otro, la incoación del expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) ante la Consejería de Cultura".

"Este proceso se hizo de forma paralela, descoordinada e independiente, lo que, en la práctica, da problemas a la hora de la de la declaración como BIC", ha asegurado Montes, quien ha detallado que se trata de dificultades, sobre todo "en aspectos relacionados con la definición de la zona".

Así, ahora mismo, según ha detallado la concejala, "hay tres partes: el yacimiento consolidado, una zona de presunción arqueológica y el entorno". El problema se presenta en los 247.000 metros cuadrados de zona de presunción arqueológica, ya que, en primer término, "es una calificación que es temporal, no se puede mantener siempre, hay que determinar si hay restos o no".

Además, esta superficie de presunción arqueológica tiene otro problema añadido: sólo una parte de tres es propiedad municipal, las otras dos parcelas "son viñedos en explotación de propiedad privada". "De ahí -ha añadido- la importancia de determinar si hay restos y poder, con ello, determinar el futuro de la zona".

Una vez que se lleve a cabo este trabajo, se incorporará al Plan Director, "en el que, sin este desarrollo, no se pueden trazar caminos, no se puede hacer un plan de expropiaciones si fuera necesario, ni se puede decidir dónde van las dotaciones ni determinar el plan de reforestación". De este modo, la documentación completa "se podrá presentar para la declaración de Bien de Interés Cultural".