'Colorama', la nostalgia de una vida perfecta que nunca existió

  • Una exposición recoge los más emblemáticos anuncios de Kodak , que desde 1950 a 1990 mostraron escenas idílicas estadounidenses.
  • Las panorámicas son un reflejo del ideal de vida de la clase media, con paisajes espectaculares, celebraciones familiares y viajes perfectos.
  • Algunas hechas por primeras figuras como Ansel Adams, eran productos publicitarios, pero también un ejemplo de técnica.
Anuncio de Kodak de junio de 1968
Anuncio de Kodak de junio de 1968
Jim Pond - © Eastman Kodak Co. Courtesy George Eastman House
Anuncio de Kodak de junio de 1968

Los brillantes carteles de Kodak decoraron el ajetreo de la estación central de trenes de Nueva York, atestiguando el frenético ir y venir de los viajeros, tan grises frente a las fantasías de las fotografías.

Fue una campaña que duró de 1950 a 1990 y sobrepasó el éxito para volverse emblemática. Las fotos eran grandiosas, conocidas entonces por ser las más largas del mundo. Los autores llegaron a ser primeras figuras de la fotografía estadounidense como Ansel Adams.

El Museo de Arte Chrysler, en Norfolk (Virginia, EE UU) reune las mejores instantáneas de una colección que fue creciendo a lo largo de 40 años. Colorama invita a descubrir los EE UU de la década de los sesenta, "como probablemente nunca fue".

La exposición de fotos panorámicas presentan el ideal americano: viajes de ensueño, paisajes espectaculares, vacaciones familiares perfectas, excursiones grandiosas... Retratados por un supuesto fotógrafo aficionado que podía ser cualquiera, incluído uno mismo, si se adquiría la cámara del anuncio o la película Kodak.

Mercadotecnia y arte

Las escenas idílicas resultaron ser un ejercicio de técnica y tener calidad como fotos. Además de ser mercadotecnia, los anuncios comunicaban la buena vida del estadounidense de clase media y hacían incapié en la necesidad de capturar esa forma de vivir en imágenes.

Ahora forman parte de una estética kitsch y facilona, pero siguen despertando un sentimiento de nostalgia por algo no vivido. Además, en el momento de su creación demostraron el carácter indispensable de la fotografía amateur en la vida familiar, los viajes y el placer.

La exposición del museo Chrysler demuestra que la publicidad también puede ser arte, que el tiempo dota de un aura diferente a los buenos anuncios, una apariencia de belleza nostálgica, a pesar de que esas fotos nunca fueran parte de la realidad.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento