La Junta de Gobierno Local de Sevilla ha aprobado este viernes una declaración institucional con motivo del anuncio de cese definitivo de la actividad armada llevado a cabo por la banda terrorista ETA, mostrando en este sentido una "alegría contenida" por lo que consideran "un paso necesario, pero que será definitivo el día que se disuelvan, entreguen las armas y reconozcan a las víctimas del terrorismo como tales y el papel que han jugado".

En rueda de prensa, el portavoz del gobierno municipal, Francisco Pérez (PP), ha incidido, en primer lugar, en el recuerdo a la "dignidad" de las siete víctimas mortales registradas en la ciudad con motivo de los atentados no fallidos: el concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, Ascensión García Ortiz —fallecidas en 1998—; el doctor Antonio Muñoz Cariñanos —2000—; y las cuatro personas que fallecieron por la bomba colocada en la prisión de la Ranilla en 1991, que fueron un funcionario de prisiones, dos reclusos y un familiar que estaba de visita.

Según la declaración, ETA abandona la violencia "porque ha habido grandeza en la sociedad española, que ha perseverado en la lucha y constancia por evitar sus acciones terroristas, y porque las víctimas han recordado que había que seguir trabajando para acabar con la lacra del terrorismo".

Pérez ha resaltado la "dignidad" con que éstas últimas han soportado "perder a sus familiares, su libertad o su ilusión por la vida". Asimismo, el comunicado agradece a "toda la sociedad democrática, fuerzas de seguridad del Estado, a todas las personas que han derramado sangre por causa de esta acción terrorista, los que han mostrado fortaleza, no se han rendido ni cedido al chantaje y han soportado el miedo"; en resumen, "a todos los que han luchado contra el terrorismo de ETA, siempre defendiendo la democracia".