Podría decirse, cuando se diga, que el presidente del Forum y los consejeros de la compañía son unos estafadores cuando malversan fondos  para amañar inversiones, pero ¿no lo serían en igual medida los especialistas económicos  que durante muchos años jugaron a la ruleta rusa de ganar o ganar extratipos que ningún banco les hubiera dado? ¿No lo sería la Inspección correspondiente por descubrir, hace tiempo, más agujeros que en un queso Gruyere y no cerrar el chiringuito? Y todo el dinero dilapidado por  el camino, a semejanza de otras sociedades e instituciones financieras y políticas como propaganda y «detalles» varios, ¿no es acaso, y también, una auténtica malversación de bienes sociales? Nadie denuncia este tipo de escándalos con el pretexto de que no caen dentro del ámbito de la ley. Pero todos sabemos perfectamente que el fraude «legal» es mucho más considerable que el ilegal lo cual relativiza y, en cierto modo, ridiculiza tanta alharaca.