En uno de los momentos de mayor vaivén social llega el festival de un tipo de narrativa cuyos ojos siempre están pendientes de lo que sucede a nuestro alrededor para dejar clara la denuncia: la novela negra. La mestiza literatura en la que finalmente ha ido a desembocar el género creado por Hammett y Chandler vive desde este viernes y hasta el 23 de octubre un auténtico festín de pistolas, muertes, robos y, sobre todo, revueltas sociales.

El festival Getafe Negro llega este año a su cuarta edición con Italia como país invitado y Lorenzo Silva como comisario. "Llevamos cuatro años de crisis. Crisis sin librar. Pero, la verdad, cree-mos que no nos han sentado mal. La humildad de los medios la hemos suplido con la prodigalidad de la imaginación", asegura Silva.

Así, encontramos desde el filósofo José Antonio Marina, que expondrá sus teorías educativas y maneras de prevenir la delincuencia juvenil, hasta el juez antimafia y escritor de excepción Gianrico Carofiglio, que no solo hablará de sus novelas sino de su experiencia como fiscal y como juez, pasando por jóvenes creadores como Jenn Díaz o Luna Miguel y creadores consagrados como Banville (que firma parte de su obra como Benjamin Black), Gauke Andriesse o Krank Thilliez.

El periodista, guionista de historietas y novelista de género negro González Ledesma ha sido reconocido por Getafe Negro con el II Premio José Luis Sampedro. Excelencia, innovación, originalidad y compromiso con su tiempo son algunos de los motivos por los que se han querido reconocer a Ledesma. Está considerado como uno de los principales impulsores de la novela negra social en nuestro país y ganó en 1948 el Premio Internacional de Novela con Sombras viejas. La censura se le echó encima y tuvo que dedicarse a la abogacía y al periodismo. Los napoleones, Las calles de nuestros padres y Expediente Barcelona se publicaron tras la muerte de Franco. En 1984 obtendría el Planeta por Crónica sentimental en rojo.

Para los magníficos creadores de novela negra de Italia el color de tal narrativa es algo diferente: Giallo, llaman al género policiaco, que es en realidad amarillo. Este año se celebra el centenario del nacimiento de Giorgio Scerbanenco, el gran maestro del Giallo. Para quienes aún no hayan disfrutado de Scerbanenco, la editorial Akal acaba de publicar en español toda su obra. Algunas de las voces italianas que mejor cultivan el género vendrán a Getafe Negro: Gianrico Carofiglio, Maurizio de Giovanni, Marco Vichi, Andrea Fazioli y Francesco Forgione.

El escritor estadounidense David C. Hall ha sido galardonado con el Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe por Barcelona skyline. Una historia trepidante de sexo, lujo y por supuesto sangre de un escritor que pese a su juventud (37 años) ha publicado ya un buen número de obras. En género negro destacan Cuatro días, No quiero hablar de Bolivia y Billete de ida y vuelta.

La gangsterera, La balacera, Brigada 21 son algunos de los blogs que han terminado por convertirse en lugares de visita de absoluta referencia en el mundo de la novela negra.

Por otro lado, hasta el próximo martes está abierto el plazo de participación en el concurso de microrrelatos convocado por Getafe Negro. La frase inicial ha de ser: "El comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral" y el texto no puede sobrepasar las 150 palabras.

Benjamin Black

La nueva novela de este maestro del género, En busca de April (Alfaguara), nos lleva a la Irlanda de los cincuenta en un nuevo caso de su emblemático personaje Quirke. La desaparición de una joven es el punto de partida de una historia de odios, secretos y mentiras.

Giorgio Scerbanenco

Nació en Kiev en 1911. Comenzó a publicar relatos románticos en Italia antes de pasarse al género Giallo y ganar el Gran Premio de Literatura Policiaca. Es uno de los maestros del género, con publicaciones como La muñeca ciega (nº 25 de la Colección Amarilla).

Gianrico Carofiglio

Este escritor, nacido en 1961 en Bari, fue fiscal y juez antimafia y es senador en el Parlamento italiano. En El pasado es un país extranjero (Urano) cuenta cómo Giorgio va pasando, casi sin darse cuenta, de la alta sociedad a los márgenes de la criminalidad.