Por su parte, los ataques a comisarías, autobuses y agencias bancarias se redujeron sensiblemente en la madrugada de hoy martes.
El servicio de autobuses volvía hoy a la normalidad, tras un día en que el temor generado por la andanada criminal obligó a los transportistas a suspender su servicio y a numerosas escuelas, comercios y empresas a cerrar las puertas.
Según versiones de prensa, la gobernación de Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil, llegó a un acuerdo para poner fin a la violencia con los líderes del Primer Comando de la Capital (PCC), la mafia carcelaria acusada de ordenar los ataques. Pese a que el gobierno niega cualquier negociación, las
La Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo atribuyó los 184 ataques de los últimos días al PCC, una organización comandada desde los presidios y que ya había dado una demostración de fuerza en febrero de 2001 cuando organizó rebeliones simultáneas en 29 prisiones.
Las autoridades consideran que los ataques fueron una represalia del PCC por el traslado, el pasado jueves, de 765 reclusos, entre ellos los cabecillas de la banda, para presidios de máxima seguridad. Pese a la supuesta tregua, en la madrugada del martes se registraron algunos
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