El responsable nacional de Organización de COAG, el zamorano Miguel Blanco, ha calificado hoy de "decepcionante" la propuesta de la nueva Política Agrícola Común presentada en Bruselas, al entender que prima la "inactividad", en lugar de apostar por una agricultura y ganadería caracterizadas por la productividad, la sostenibilidad y su carácter de servicio público.

Blanco, quien asistió en persona en Bruselas a la presentación de la PAC 2014-2020 escenificada por el Comisario Europeo del ramo, Dacian Ciolos, ha declarado que las novedades respecto de las filtraciones ya conocidas han sido mínimas y que "las que se han puesto sobre la mesa son todavía peores", tanto en lo relativo a la definición del agricultor activo como en la ausencia de políticas de mercado, "que son los principales problemas, más allá de la reducción del presupuesto".

En el primero de los casos, el responsable de COAG, en declaraciones a Europa Press, entiende que agricultor activo debería considerarse al profesional que cotiza al Régimen Agrario de la Seguridad Social, en lugar de aquel con un 5 por ciento de su renta procedente de la actividad agraria. "Pero además, ese porcentaje puede no proceder de la agricultura sino de las subvenciones de la PAC, lo que supone desacoplar, desvincular todavía más las ayudas a la actividad y los activos", entiende Blanco.

Éste, además de la caída de las rentas en un 17 por ciento previstas al final del periodo de vigencia de la nueva PAC, considera un problema todavía mayor la falta de mecanismos de intervención del mercado, ya que no se hace excepción alguna para el sector agrícola y ganadero respecto de las Leyes de Competencia.

Ante ello, las interprofesionales no podrán fijar precios ni negociar con los otros eslabones de la cadena agroalimentaria, cuestión de vital importancia pues, tal y como ha recordado, las ayudas de la PAC representan el 30 por ciento de los ingresos del agricultura, mientras que el 70 restante proviene del mercado, y sin regulación podría haber volatilidad de precios y una caída de las rentas".

La imposición de una tarifa plana, con el consiguiente perjuicio para las regiones y sectores más productivos, y el establecimiento de 'capas' de ayudas, que conllevan una "mayor complejización", serían otros de los aspectos negativos de la nueva PAC, que, según Blanco, se limita a "desregular mercados, apuesta por la neoliberalización a ultranza y a cambio establece una política de ayudas injusta y mal repartida que nada tiene que ver con la sostenibilidad".