El abogado del hombre afectado por la bacteria comecarne pide ante el juez que el caso sea accidente laboral

Compañeros de la víctima dicen que ésta se hirió en la mano izquierda en la extinción de un incendio, donde ya tenía una lesión
El Hombre Afectado Por La Bacteria 'Comecarne', En El Juicio
El Hombre Afectado Por La Bacteria 'Comecarne', En El Juicio
EUROPA PRESS
El Hombre Afectado Por La Bacteria 'Comecarne', En El Juicio

El abogado del hombre al que le tuvieron que amputar el brazo izquierdo en el año 2008 tras ser infectado por la conocida como 'bacteria comecarne' ha pedido este martes al titular del juzgado de lo Social número 7 de Valencia que este caso se califique como accidente laboral y no como enfermedad común. El objetivo es que su cliente cobre una paga mayor, reciba una indemnización y tenga sufragado el 100 por cien la prótesis que necesita.

El juicio del hombre —exbrigadista forestal de Tragsa— contra la empresa, la mutua y la Seguridad Social ha tenido lugar este martes en los juzgados de Valencia, después de que fuese aplazado el pasado mes de junio por la falta del abogado de una de las partes. La vista se ha prolongado durante algo más de dos horas y las partes no han llegado a ningún acuerdo.

El abogado del hombre, de 65 años, ha reclamado al juez que dicte una sentencia estimatoria a su demanda, con el objeto de que el caso de su cliente se reconozca como accidente laboral, puesto que el origen de su problema tuvo lugar en el trabajo. Frente a ello, las demandadas se han opuesto a esta petición al estimar que no existe una relación de causa entre el suceso que sufrió el hombre en el trabajo y el desarrollo de la enfermedad.

El letrado del hombre, para sustentar su petición, ha explicado ante el magistrado la cronología de los hechos. Según ha dicho, su cliente se hizo accidentalmente un corte con una navaja mientras almorzaba en horario laboral. Unos 10 días más tarde, el 13 de octubre de 2008, sufrió una contusión con la punta de lanza de la manguera mientras sofocaba un incendio en un vertedero de Camporrobles, lo que le reabrió la herida y permitió la entrada de la bacteria Streptococcus pyogenes del grupo A, conocida como 'comecarne', que va devorando el tejido muscular.

A las 5 horas del día siguiente —día 14— se despertó con la mano hinchada y con mucha fiebre, con lo que acudió al Hospital de Requena, donde finalmente le tuvieron que amputar el brazo izquierdo para salvarle la vida. El hombre recibió el alta del 28 de octubre y posteriormente el INSS emitió un informe en el que especificaba que este proceso tenía su origen en contingencia de enfermedad común. Esta resolución fue recurrida, y al ser desestimada, el hombre decidió interponer una demanda judicial.

Respaldo a su compañero

Los testigos que han prestado declaración ante el juez, entre ellos, tres compañeros de trabajo, han respaldado a 'grosso modo' las afirmaciones de la víctima. Uno de ellos, encargado en ese momento de coordinar las labores de extinción de los incendios, ha indicado que el día 14 recibió una llamada de su compañero en la que le comentaba que el día anterior se había hecho daño con las labores del incendio y que tenía fiebre y la mano hinchada. También le dijo que no quería cogerse una baja, y él le recomendó que fuera a la mutua.

No obstante, este hombre también ha dicho que no recuerda lo que pasó en el incendio ni si se golpeó en la mano, y ha señalado que tampoco se acuerda de si su compañero tenía una lesión anterior en la misma zona.

Por su parte, otro brigadista ha afirmado que la víctima presentaba un corte antes del incendio en un dedo de la mano izquierda, y que ese día comentó tras sofocar el fuego que se le había caído la manguera y tenía una herida. También ha dicho que los guantes que utilizan no son impermeables, y normalmente no suelen notificar a la empresa si se hacían escoraciones, arañazos, cortes o caídas, a no ser que fuera algo muy grave. También ha señalado que estas lesiones eran normales por el desempeño de su trabajo.

Asimismo, otro brigadista ha señalado que estuvo presente el día en que su compañero se cortó en el dedo con una navaja mientras comían en una casa de campo, en horario de trabajo. Ha explicado que exactamente no vio cuando se cortó, pero ha dicho que él le curó con agua oxigenada y betadine.

Por otro lado, el perito propuesto por la demandante ha indicado que esta causa obedece a un accidente laboral y no a una enfermedad común. "Parece más evidente que el hombre no se hizo la herida en su casa, sino en el trabajo", ha dicho, puesto que estuvo extinguiendo un incendio, con las manos mojadas y donde hacía calor, factores propicios para contagiarse de esta bacteria cuando ya tienes una herida. Frente a esta versión, otro perito propuesto por la mutua ha incidido en que una contusión no produce una infección, "ni siquiera levantando una costra", ha puntualizado.

No constancia de otra herida

Los abogados de las partes demandadas han sostenido en el juicio que la empresa no tenía ninguna notificación acerca de que el hombre había sufrido un corte en su mano izquierda mientras almorzaba en horario laboral, y han insistido en que en el parte de urgencias, el hombre manifestó que la noche anterior se había dado un golpe contra el mármol de una mesa, lo que evitaría calificar el caso de accidente laboral.

Además, la letrada de la mutua ha indicado que aún suponiendo que esto no fuera así, "de ahí a abrirle la herida, quitarle la costra e infectarse con una bacteria es una falacia e hipótesis imposible". También ha comentado que se trabaja con equipos de protección de guantes que llegan más arriba del codo, y ha calificado de "difícil" que hubiera habido contagio en el desempeño de las tareas del brigadista.

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