“Una película sobre un portero de un edificio que todos los vecinos creen que es muy amable, muy solícito, pero que cuando llega la noche y duermen este portero se transforma en alguien absolutamente aterrador.” Son las propias palabras de Jaume Balagueró, director de Mientras duermes, su nuevo trabajo en solitario después de las dos anteriores experiencias de [Rec], codirigidas con Paco Plaza.

Nuestro espacio personal y seguro, el de nuestro hogar, completamente controlado a manos de un extraño que se cuela en él cuando desea. Con Mientras duermes, Balagueró abandona, aunque sea momentáneamente, el terror para pasarse al thriller. Era además una de las películas más esperadas de este Festival de Sitges, y no decepcionó. Sus distintas proyecciones fueron culminadas por fuertes aplausos.

No es de extrañar, se trata seguramente del mejor trabajo del cineasta, también gracias al guión de Alberto Marini que funciona como un mecanismo de relojería y con un tratamiento que se basa en una vuelta de tuerca retorcida, intentando que el espectador se identifique más con el villano que con la víctima.

“Este era el reto”, asegura Balagueró. “Una historia del bien contra el mal, pero que realmente te hacía conocerla desde el punto de vista del mal. Está contada desde el punto de vista del personaje malo y esto fuerza al espectador a identificarse con él, en sus planes y estrategias. Este conflicto moral que estábamos provocando en el espectador me interesaba muchísimo.”

Un personaje, además, que era otro desafío para Luis Tosar, bordando su interpretación de César, el portero de un bloque de pisos de Barcelona, que entra cada noche en la vivienda de Clara (Marta Etura). Después de sedarla, el espacio de su mismo cuarto de baño, cepillo de dientes o la cama en la que yace ella pasan a ser suyos, compartiéndola a su manera, y sin que ésta sospeche nada.

“Planteamos la película como un juego con dos jugadores – realmente tres, porque el espectador sería este tercero –, en el que poco a poco va mostrando sus cartas, descubriendo lo que va pasando en esta intriga. Saber hasta donde será capaz de llegar el personaje de César y cual será nuestra reacción ante ello. Un juego en parte interactivo.”

El guión, que podría haber caído fácilmente en lo inverosímil o en los golpes de efecto para dar miedo más fáciles, así como la interpretación de Luis Tosar, se encargan que esta extraña situación vaya siendo de lo más creíble. En cuanto a la puesta en escena de Balagueró: “Cada película pide un estilo, y ésta lo solicitaba con un estilo más clásico, más quirúrgico, en el momento de establecer el suspense. Por lo tanto, había un lenguaje mucho más purista, una caligrafía más perfeccionista”, afirma el director.

También lo tuvo claro para elegir a su pareja protagonista. “Tanto Luis Tosar como Marta Etura fueron mis primeras opciones. El otro gran reto en este sentido era conseguir otros actores que estuvieran a la altura de estos dos auténticos monstruos de la interpretación”.

Alrededor de ellos, varios personajes secundarios, distintos vecinos, como oficinistas, la mujer de la limpieza, el propietario del inmueble, la solterona madura que vive con sus perros o una repelenta niña, Úrsula (Iris Almeida) que se atreve incluso a chantajear a César. “Uno de los personajes secundarios que más me atrajeron fue el de la niña. ¿Quién es esta niña que le chantajea? Una niña que es capaz de plantarle cara a un tipo como éste.”

Secundarios que ayudan, en su interaccción y relaciones, a ir conociendo la verdadera naturaleza oscura de César, en apariencia cordial y atento. Pero detrás de esa máscara, un sociópata y psicópata frío y temible. Sólo que él no busca matar a sus víctimas sino otro tipo de dolor. El personaje de Clara es precisamente su lado opuesto; una mujer vital, alegre, enérgica y optimista. Por ello la ha elegido como el nuevo juguete de su maquiavélico plan.

“Me interesaba mucho un psicópata en el que fuera necesario explicar sus razones. Me interesaba más un malo de cuento infantil, un lobo feroz porque es su naturaleza“, comenta Balagueró.

La película originalmente en el guion transcurría en Nueva York y debía rodarse allí, y con actores norteamericanos. Pero, “por razones personales decidí que prefería quedarme en Barcelona.”

Además, después precisamente de las dos anteriores entregas de [Rec], la acción vuelve a acontecer en interiores y en un edificio de l'Eixample barcelonés. “El hecho de rodar en interiores es casual. Los guiones me han ido llegando así. Lo que tengo claro es que mi próxima película no pasará en un edificio del Eixample (barcelonés) o de lo contrario pensarán que es como una obsesión.”

Balagueró sigue de momento afincado en el género fantástico y de intriga, aunque reconoce que “drama o comedia tampoco me importaría hacer. Últimamente digo mucho que me gustaría dirigir un musical”.