El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la pena total de casi nueve años de cárcel para dos jóvenes que viajaban a bordo de un yate cargado con más de tres toneladas de hachís y que fue interceptado por una patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil frente al litoral de Roquetas de Mar (Almería).

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, desestima el recurso de casación que interpuso la defensa de uno de los acusados, a quien el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial impuso una pena de cuatro años y ocho meses de prisión, al tiempo que ratifica la multa fijada en nueve millones de euros.

El coacusado, quien reconoció los hechos por los que estaba procesado durante el acto de juicio celebrado en marzo de 2011, fue condenado también como autor de un delito contra la salud pública a cuatro años y un mes de prisión mientras que la multa se estableció en siete millones de euros.

El TS considera probado que ambos participaron en la organización y en la logística de un alijo de 3.249 kilos de hachís que pudo ser abortado después de que el Servicio Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) detectase su presencia cuando navegaba a pocas millas del litoral de Las Salinas, en Roquetas de Mar.

En concreto, recoge la sentencia que el coacusado concertó con un ciudadano marroquí no procesado en la causa la operación de transporte de la droga y que esta tercera persona le presentó al recurrente como una persona que también iba a participar. Ambos se encargaron de alquilar una embarcación que fueron a recoger hasta el puerto de Benalmadena (Málaga).

Una vez allí, ambos zarparon rumbo a Motril (Granada) donde, tras repostar, iniciaron la travesía hacía un punto de alta mar, según las coordenadas facilitadas por el ciudadano de origen marroquí, donde les esperaba otro barco desde el que trasladaron los bultos de hachís hacía el yate.

La embarcación fue interceptada de madrugada por una patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil a una milla del litoral roquetero. En el interior, los agentes hallaron un total de 106 fardos de hachís con un peso total de 3.249,56 kilos.

El Alto Tribunal rechaza que, tal y como sostuvo en el recurso, el acusado desconociese la operación de alijo y califica de "inverosímil" la explicación que dio acerca de que lo que pretendía era "contratar un seguro para el barco" dado su condición de agente. El recurrente alegó que pensaba que el yate se iba a dedicar a la organización de "fiestas" y que cuando supo su verdadero destino, intentó abandonar la nave, lo que impidió el coacusado al "encerrarle" en el camarote.