La situación de "insolvencia inminente" de Urende determinó su entrada en concurso de acreedores

La cadena de electrodomésticos Urende, perteneciente al grupo andaluz Sánchez Ramade, entró en concurso voluntario de acreedores a finales del pasado septiembre al estimar el Juzgado de lo Mercantil número uno de Córdoba que la sociedad está "en situación de insolvencia inminente".
Tienda Principal De Urende En Córdoba
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EUROPA PRESS
Tienda Principal De Urende En Córdoba

La cadena de electrodomésticos Urende, perteneciente al grupo andaluz Sánchez Ramade, entró en concurso voluntario de acreedores a finales del pasado septiembre al estimar el Juzgado de lo Mercantil número uno de Córdoba que la sociedad está "en situación de insolvencia inminente".

Así, según han informado a Europa Press fuentes judiciales, en el auto por el que el citado juzgado cordobés acordó el inicio del procedimiento concursal, a instancias de la propia empresa, se afirma que Urende "presenta una falta de liquidez que le impide atender regularmente el cumplimiento de sus obligaciones exigibles".

De hecho, según las cuentas presentadas por la propia empresa, que ha entrado en concurso adeudando unos 200 millones de euros a más de 1.200 acreedores, en el ejercicio de 2009 Urende sufrió pérdidas por valor de 56,9 millones de euros y, aunque presentaba un patrimonio neto positivo de 10,4 millones de euros, la sociedad presentaba un importante fondo de maniobra negativo, ya que la cifra del activo corriente ascendía a 86,7 millones y el pasivo corriente a 145,4 millones de euros.

En el ejercicio de 2010 la situación empeoró, ya que la cadena sufrió nuevas pérdidas, por valor de 20,8 millones de euros, acumulando así en los dos últimos años unas pérdidas totales superiores a los 77 millones de euros. Ello redujo en 2010 la cifra del patrimonio neto a 7,9 millones, y se incrementó además el fondo de maniobra negativo, ya que el activo corriente se redujo a 38,3 millones, mientras que el pasivo corriente ascendió a 120,5 millones de euros.

Todos estos datos llevaron al juzgado cordobés a estimar que Urende se encuentra en la referida situación de insolvencia inminente, por lo que procedía la declaración del concurso voluntario de acreedores, tal y como solicitó la empresa, tras no alcanzar un acuerdo con sus acreedores sobre la fórmula para refinanciar la deuda que mantiene con éstos.

Al concurso de acreedores se ha llegado después de que la propia empresa se acogió el pasado 9 de junio al procedimiento de negociación de deuda de la Ley Concursal, el denominado 'preconcurso' de acreedores, medida con la que, según explicó Urende, quería "avanzar en la búsqueda de soluciones para dar continuidad y garantizar la actividad de la empresa".

La cadena de venta de electrodomésticos, informática y electrónica ha dispuesto desde entonces de tres meses, prorrogables a un cuarto, que no ha llegado a completarse, para renegociar su deuda con los acreedores, al no lograr el citado acuerdo con éstos.

Por otro lado, el concurso no afecta al expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que se aplica en Urende desde el pasado 1 de septiembre, por espacio de dos meses y que supuso el cierre de 12 (la mayoría fuera de Andalucía) de las 22 tiendas que tenía Urende en España.

El ERTE afecta a 390 empleados de los 700 que componen la plantilla de Urende, los cuales recibirán de la empresa un complemento de 400 euros lineales, 100 euros para los empleados que a la finalización del ERTE permanezcan en la empresa, como complemento al desempleo, y 300 que se sumarían a las futuras indemnizaciones para las extinciones definitivas de contrato. Los sindicatos califican el trámite como "balón de oxígeno" que le dan a la empresa, ahora en concurso de acreedores.

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