La Diócesis de Huesca ha llevado a cabo la limpieza y restauración de tres relojes históricos procedentes de la Catedral y de las parroquias de Santo Domingo y San Martín y del Perpetuo Socorro que se podrán ver en la torre de la Catedral de Huesca, ya que conforman las piezas de una exposición permanente, que se pretende ampliar con más relojes de torre en desuso de otras parroquias.

Con un presupuesto de 15.000 euros, se ha restaurado el reloj de la torre de la Catedral, fabricado en el siglo XIX por el zaragozano Francisco Echecoin. Ahora, se puede observar todo el mecanismo y la esfera de 170 centímetros de ancho, que hasta 1970, marcaba las horas desde la torre del templo. Se expone junto con los relojes de las parroquias de Santo Domingo y San Martín y del Perpetuo Socorro, construidos por la familia Coll de relojeros en 1909 y 1960, respectivamente, en la primera planta de la torre de la Catedral.

La Diócesis ha inaugurado este miércoles esta exposición, que ha sido presentada con la presencia del obispo de Huesca, Julián Ruiz Martorell; la alcaldesa de la ciudad, Ana Alós y representantes de Multicaja, entre otros, ya que tanto el Consistorio como la entidad financiera han aportado recursos para financiar la restauración.

El responsable de Patrimonio de la Diócesis de Huesca, José María Nasarre, ha dicho en la presentación que "estas obras que formaron parte del patrimonio cultural y que todavía lo siguen siendo merece la pena que las restauremos". En cuanto al reloj de la Catedral, ha manifestado que "estuvo en funcionamiento hasta 1970 cuando en las últimas obras de restauración de la Catedral se optó por quitar aquella gran esfera que no era muy estética".

Estos relojes precisaban cierta destreza física por parte de los campaneros que se encargaban de darles cuerda semanalmente y hace años fueron sustituidos por otros automáticos. Ahora se podrán ver en esta exposición que completará la visita turística del Museo Diocesano y de la Catedral.

La alcaldesa de Huesca, Ana Alós, ha trasladado que "la recuperación de un patrimonio cultural, no sólo es para los oscenses y su disfrute, sino que puede llegar a ser un motor de desarrollo porque por ejemplo en cuestiones como los relojes hay especialistas en todo el mundo que seguramente van a tener interés en venir a ver estas obras".