"No me siento culpable de lo que hice porque no recuerdo nada", dice el acusado de asesinar a su mujer

La víctima había interpuesto en abril de 1979 una denuncia por malos tratos
Pérez-Platas Y Antonio Peralta, En La Audiencia Provincial
Pérez-Platas Y Antonio Peralta, En La Audiencia Provincial
EUROPA PRESS
Pérez-Platas Y Antonio Peralta, En La Audiencia Provincial

El hombre de 66 años acusado de acuchillar a su esposa, Isabel Larriet, de 59, en Oviedo, en febrero de 2010, ha declarado voluntariamente este lunes que no se siente culpable de lo que hizo porque no recuerda "nada en absoluto".

"Cuando me lo dijeron no me lo creía; sentí una pena muy grande porque yo a mi mujer la quería", ha dicho el único imputado por el crimen de La Estrecha. Su declaración ha tenido lugar en la primera sesión del juicio con jurado popular que se celebra esta semana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo.

El fiscal delegado de Violencia de Género del Principado, Gabriel Bernal, solicita para él una pena de 23 años de cárcel, que la acusación particular eleva a 25, el máximo previsto en el Código Penal. La Fiscalía califica los hechos como un delito de asesinato previsto en los artículos 139.1ª y 3ª, y 140 del Código Penal y entiende que concurre en el acusado la circunstancia agravante de parentesco.

Además de la pena de privación de libertad, en concepto de responsabilidad civil, el fiscal pide que indemnice a cada uno de los dos hijos de la fallecida con 120.000 euros por los daños morales, una cuantía que la acusación particular eleva a 300.000 euros.

Por su parte, la defensa sostiene que el hombre "sufrió un brote psicótico que le hizo quedar en blanco", y tras ser detenido permaneció cuatro meses ingresado en el área de Psiquiatría del Hospital Universitario Central de Asturias. A su juicio, el hombre sufrió una "enajenación mental absoluta", por lo que no se le puede solicitar ningún tipo de responsabilidad penal.

Denuncia por malos tratos

Durante la práctica de la prueba, el hombre, con antecedentes por episodios psicóticos desde 1968, ha negado haber asesinado a su mujer, con la que llevaba casado 32 años y quien había interpuesto en abril de 1979 una denuncia por malos tratos, dado que, según la acusación, su comportamiento era violento "un día sí y otro también".

A preguntas de las partes, ha incurrido en algunas contradicciones al señalar en primer término que no sabía si tuvo hijos, para posteriormente afirmar que él "crió a la nena" y a su mujer "le tocó más hacerse cargo del chico". En términos similares, ha indicado que actualmente se encuentra "en una residencia", donde se ha recuperado mucho, mientras que minutos más tarde se ha referido a "la cárcel" de Villabona, donde permanece internado en prisión provisional.

Ataviado con un chándal y con supuestos problemas de oído y de memoria, M.R.P. ha negado que hubiera discutido con su esposa la noche de los hechos por la programación de la televisión.

"quería demasiado a las mujeres"

El procesado, defendido por el letrado Antonio Peralta, ha explicado que la relación con sus dos hijos y con su mujer era "buena". Al respecto, ha apuntado que nunca levantó la mano a su esposa, a quien dejaba, ha añadido, "andar a su aire". "Siempre quise demasiado a las mujeres y la fatalidad me vino a traer esto", se ha lamentado ante la magistrada.

Durante su declaración ha abundado también en su temprana adicción al vino, al aguardiante y a otras bebidas alcohólicas que él mismo compraba y ha relatado que durante su niñez en Galicia un hombre quiso obligarle a que le practicara sexo oral.

Gigantes y voces

El acusado ha insistido en que a menudo veía a su alrededor gigantes armados con grandes cuchillos que se reían de él y oía voces que le decían que lo iban a matar, lo que le provocaba agudos ataques de pánico, que interferían con labores cotidianas, como salir a tirar la basura.

Por último, preguntado sobre el día del crimen, sólo ha recordado que acompañó a su mujer a una misa por su hermana fallecida y a la salida consumió "cervezas". Tras ello, ha asegurado que lo primero que recuerda es haberle pedido a su hijo que llamara a la Policía.

Los hechos

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, el 27 de febrero de 2010 la pareja estaba sola en el domicilio familiar, cuando el hombre, "decidido a matar a Isabel", cogió un cuchillo robusto y dentado de 19 centímetros de longitud y 3,5 centímetros de anchura y se lo clavó varias veces.

Las primeras lesiones que le provocó eran de por sí mortales y, sin embargo, continuó clavándole el cuchillo cuando la mujer aún estaba viva y consciente, en el cráneo, la cara y el cuello. Cuando la mujer sufrió la agresión estaba en el sofá, desprevenida, y "no tuvo posibilidad real de defensa". El acusado, natural de Galicia, fue detenido como presunto autor de un delito de homicidio.

El hombre presenta varios antecedentes de ingresos psiquiátricos pero, pese al historial, la Fiscalía sostiene que en el momento de realizar los hechos "era plenamente consciente y dueño de sus actos" y "no tenía mermadas sus facultades cognitivas ni volitivas".

El juicio continuará mañana con la declaración de los testigos, entre los que se encuentran los dos hijos de la pareja, personados en la causa como acusación particular y defendidos por el letrado Francisco Pérez Platas.

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