El álbum fotográfico de los 25 años de la discográfica Def Jam

  • Celebran el cuarto de siglo de la mega empresa responsable de la hip-hop manía.
  • Un libro de fotografías recorre la historia del sello fundado por Rick Rubin y el magnate Russell Simmons.
  • La nómina de artistas es inmensa: Beastie Boys, LL Cool J, Public Enemy, Jay-Z, Rihanna, Kanye West, Redman, The Roots, Method Man...
Los fundadores de Def Jamm: Simmons (izquierda) y Rubin.
Los fundadores de Def Jamm: Simmons (izquierda) y Rubin.
© Def Jam Recordings by Bill Adler and Dan Charnas, Rizzoli, 2011
Los fundadores de Def Jamm: Simmons (izquierda) y Rubin.

El catálogo de los discos que han editado es inmenso. También los éxitos han sido muchos y el negocio, muy productivo. Def Jam Recordings ya no es una empresa independiente dedicada a la edición de hip-hop, rap y otros géneros de música urbana. Ahora forma parte del grupo Universal (más de 6.000 millones de dólares anuales de ingresos) y congrega bajo su paraguas a un amplio número de marcas comerciales que editan a artistas de pop masivo como Rihanna, Justin Bieber y Kanye West.

Pero no siempre fue así. En 1983 se trataba de un sueño en manos de dos tipos a los que presentó en Nueva York el actor y director Vincent Gallo. Uno de ellos, Russell Simmons (1957) era un hombre de raza negra con vista para los negocios y buenos contactos entre los músicos (su hermano menor es Joseph Run Simmons, de Run-DMC). Se dedicaba a organizar fiestas y eventos en discotecas y era el agente de algunos grupos de rap.

El segundo elemento de la ecuación, Rick Rubin (1963), blanco, había tocado en una banda punk que no dejó huellas notables, estudiaba en la universidad, era un obseso de la música y deseaba dedicarse a la producción de discos, aunque tenía bastante poca idea.

Dos singles en broma

En 1984 lanzaron, casi en broma, dos singles, I Need a Beat, de LL Cool J, y Rock Hard, de los Beastie Boys. Ambos se vendieron lo suficiente como para multiplicar por mil los costes de producción. El primero era puro flow hip-hop. El segundo, una canción basada en un riff de trash metal. Def Jam había nacido y entre esos dos polos discurriría su mítica historia.

El libro Def Jam Recordings. The First 25 Years of the Last Great Record Label (Def Jam Recordings. Los primeros 25 años del últim0 gran sello discográfico), de la editorial Rizzoli, recopila la historia del primer cuarto de siglo de vida de la empresa. El cumpleaños fue en 2009, pero el libro, misterios de las políticas editoriales, no sale a la venta hasta este mes.

En formato de historia oral, con testimonios y recuerdos de muchos de los implicados, y con gran profusión de fotografías, el ensayo no entra en territorios delicados: por ejemplo, la investigación por lavado de dinero del narcotráfico, en 2003, de una de las filiales de la empresa. Se trata de aplaudir al sello discográfico que extendió la hip-hop manía por los EE UU y, más tarde, por el mundo entero.

El elenco de caracteres es de primera. Hay entrevistas con, entre otros, Rubin, Simmons, Chuck D, los Beastie Boys, Ice-T, Ja Rule, Jay-Z, LL Cool J, Ludacris, DMX, Scarface y Kanye West. Los textos son de Bill Adler, Dan Charnas y Kelefa Sannah. El diseño, del laureado  Cey Adams.

Emporio de moda

Simmons y Rubin ya no están en Def Jam. El primero se dedica a su emporio de moda, Phat Farm. Rubin, que vendió su participación por cien millones de dólares, ha conseguido su sueño: es uno de los productores de discos más cotizados y respetados del mundo. Sólo por la serie American Recordings de Johnny Cash merece ser recordado para siempre.

Def Jam no es un sello rebelde. Al contrario, apuesta por la fórmula y el éxito fácil. El libro Def Jam Recordings. The First 25 Years of the Last Great Record Label ayuda a entender que no siempre fue así. Uno de los ex presidentes de la discográfica lo recuerda de modo plástico: "Hubo un tiempo en que el logo de Def Jam era más potente en las calles que un placa de policía".

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