Unos cien presos salieron de sus celdas en la noche del pasado sábado para participar en el espectáculo de fuego que llevó a cabo un grupo de 50 'dimonis' procedentes de Santa Margalida en los distintos módulos del centro penitenciario de Palma. Un acto, llevado a cabo con motivo de la festividad de La Mercè, durante el que mostraron su entusiasmo y con ello su apoyo a los actos lúdicos que se realizan en la prisión y que han motivado críticas desde varios sindicatos de funcionarios de prisiones.

Bajo la lluvia que no cesó durante el acto, algunos de los internos bailaron y saltaron entre los 'dimonis' de la Asociación Hiachat, de Santa Margalida, quienes de forma desinteresada amenizaron la noche en la cárcel de la capital balear con su espectáculo de luz y sonido, en el que también estuvo presente el director de la prisión, Manuel Avilés.

Durante más de una hora, el grupo de 'dimonis', con el enérgico repicar de sus timbales y el espectáculo de fuegos artificiales, se dejó sentir tanto entre los reclusos que participaron de forma activa en la fiesta como entre quienes la presenciaban con euforia desde los comedores y habitaciones.

De hecho, uno de los internos aprovechó la ocasión para transmitir a Avilés su agradecimiento por la celebración llevada a cabo en el centro, al manifestarle que después de varios años ingresado en prisión, ser trasladado a la de Palma -donde lleva varios meses- "ha sido una bendición".

Un hecho que, sin embargo, ha sido criticado por parte de varios funcionarios que han pedido su dimisión por considerar que ha convertido la cárcel "en un circo". "Quien hace esta afirmación, debe mirarse la vista y algunas cosas más", manifestó tajante en una entrevista concedida a Europa Press.

No obstante, el director de la prisión llegó a afirmar que varios de los funcionarios que recogieron firmas para pedir su cese acudieron después a su despacho para pedirle disculpas y decirle que actuaron presionados a pesar de que "ni querían ni les apetecía". "Me comentaron que estaban en su lugar de trabajo cuando se presentaron cuatro para pedirles que firmaran", aseveró Avilés.

Y es que cumplidos tres años desde que llegó al centro penitenciario de Palma, se mantiene firme en su propósito de velar por el cumplimiento de la Ley en favor de la convivencia y la reeducación de los presos mediante la organización de un sinfín de actividades.