La universidad española tiende a la "democratización" social aunque todavía existe "exclusión" y "segregación"

Los hijos de familias con estudios bajos suelen acceder más tarde, combinar estudio y trabajo y todavía están "infrarrepresentados"
Presentación Estudio Sobre Universidades Españolas
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EUROPA PRESS
Presentación Estudio Sobre Universidades Españolas

Las universidades españolas han reducido las desigualdades sociales en los últimos tiempos pero aún están en un proceso de "transición" hacia la "democratización" social de sus aulas, donde todavía perviven la "exclusión" y la "segregación". De hecho, todavía se puede observar una "infrarrepresentación" de los estudiantes procedentes de familias con bajos niveles de estudios, que apenas suman un 25%, o de estudios medios (26%), frente a una "sobre-representación" de alumnos cuyos progenitores han cursado estudios superiores (49%).

Así, lo pone de manifiesto la primera 'Encuesta de condiciones de vida y participación de los estudiantes universitarios en España' (ECoViPEU) financiada por el Ministerio de Educación y desarrollada por investigadores del Observatorio de la Vida y Participación de los Estudiantes que han analizado las respuestas de 45.000 alumnos de 50 universidades, bajo la coordinación de la Universitat de Valencia, donde se ha presentado este viernes, en el marco de la II Jornada sobre la Dimensión Social de la Educación Universitaria.

Según el estudio, en la universidad española se puede decir que se tiende a la "democratización", pero "relativa, selectiva y segregativa", ha matizado el coordinador del proyecto, el vicerrector de Cultura, Igualdad y Planificación de la UV, Antonio Ariño, quien ha admitido que "los condicionamientos del origen social siguen pesando y actuando de manera decisiva en el acceso a estudios universitarios".

No obstante, se está avanzando en el proceso de "transición" hacia los niveles de equidad de otros lugares europeos como pueden ser los países escandinavos o los anglosajones, así como Holanda o Suiza, que gozan de mejores resultados en cuanto a la inclusión social.

Asimismo, el estudio muestra que la mayoría de los universitarios españoles, accede por la "ruta tradicional y directa" pero suelen ser los que proceden de familias con niveles de estudios superiores y mayores ingresos, mientras que los alumnos que vienen de familias con un bajo nivel educativo y menos recursos suelen "retrasar su incorporación".

De hecho, es un "fenómeno creciente" el que los estudiantes combinen sus estudios con un trabajo, algo que también sucede en el resto de Europa y que requiere la elaboración de programas de estudios universitarios de "velocidades distintas" para aquellos que puedan estudiar a tiempo completo y presencialmente y para quienes estudien a tiempo parcial.

En este sentido, el secretario general de Universidades del Ministerio de Educación, Màrius Rubiralta, ha avanzado que se está elaborando un documento en este sentido y que probablemente para "a partir del próximo curso" ya se podrían implantar sistemas diferenciados de enseñanza.

No obstante, según el estudio, España es uno de los países junto con Portugal, Italia y Polonia en el que se produce un "claro familismo", es decir, donde la residencia habitual de los estudiantes sigue siendo en casa de sus padres, que además suelen ser los mayores "proveedores de recursos" para los estudios, frente al Estado o los mercados, ha apuntado Ariño. Como inconvenientes: "la dependencia y la falta de movilidad", ha señalado.

En cuanto a la participación en actividades extra académicas, el estudio revela una "débil" realización de actividades culturales como son visitar museos, asistir a actividades artísticas, hacer viajes, formar parte de actividades culturales amateur o participar en foros. Lo mismo ocurre con la participación en organizaciones sociales, ya sea en asociaciones de vecinos, sindicatos estudiantiles o profesionales, partidos políticos, grupos religiosos u organizaciones juveniles.

Para Ariño, "cabría esperar más de los universitarios", quienes donde sí dedican algunas horas más a ver la televisión o escuchar la radio, a hacer ejercicio o a leer materias no relacionadas con la carrera. Del mismo modo, dentro todavía de la "débil" participación, cuentan con mayores porcentajes la participación en ONG o clubes deportivos.

El plan bolonia entra "suavemente y bien"

Además, transcurridos tres años desde la implantación de los nuevos grados, la encuesta pregunta a los estudiantes por primera vez sobre la aplicación de las nuevas metodologías y "la inmensa mayoría las tiene implantadas ya", ha asegurado Ariño. Así, aunque por el momento puntúan "bajo" en cuanto al conocimiento de otras lenguas como el inglés, el desarrollo de proyectos, la elaboración de webs o en estancias internacionales, hay otros ámbitos que están siendo bien valorados.

Para el coordinador del proyecto, esto demuestra que pese a las protestas que hubo contra la implantación del Plan Bolonia antes de su puesta en marcha, los universitarios "no son refractarios a estas nuevas metodologías" y el plan "está entrando suavemente y bien en las universidades españolas", ha aseverado.

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