Pocas veces tenemos la fortuna de poder acercarnos al cuento español más actual sin cortes generacionales. En Mi madre es un pez, la antología que acaba de publicar Libros del Silencio, tenemos esa suerte: 33 autores destacados en lengua española de todas las edades se acercan al tema de la familia con un relato. Un lujo tener a Eduardo Mendoza, Rodrigo Fresán, Alberto Olmos o Javier Calvo, por citar solo algunos de los ejemplos que reúne el ejemplar, en un mismo tomo y por el mismo motivo.

El hermano pequeño o pobre (aunque no tanto como la poesía), el cuento, sigue sin arrancar del todo en España. Un problema, coincide la mayoría, en el que tiene mucho que ver la labor editorial: pocos apuestan por el género breve y quienes lo hacen sobreviven a duras penas. Hay un avance, es cierto, tenemos ya algunas editoriales especializadas en cuento, pero sigue sin gozar de esa salud de hierro que tiene la novela en España.

"Mi pronóstico para el cuento es el mismo que para el resto de los géneros narrativos: supervivencia en circunstancias extremas. Pero no temo por él: la literatura siempre termina abriéndose paso", responde Ricardo Menéndez Salmón cuando le preguntamos por el futuro de la narrativa breve. Tal vez la crisis ayude... Y aquí Fresán lo tiene claro: "La crisis es buena para la ficción en general, pero la educación ahora gira en torno a otros objetos que no son el libro. Pero yo confío en su permanencia. La literatura sigue siendo la más democrática de las artes".

La sustitución de los cuerpos es su relato para la antología Mi madre es un pez. Este escritor argentino (Buenos Aires, 1963), que ha publicado Historia argentina y Esperanto, entre otros libros, es conocido sobre todo por La velocidad de las cosas.

¿Tan traumática fue la familia para usted que ha recurrido a la ciencia ficción?

Siempre había querido escribir sobre la paranoia de los ladrones de cuerpos. A todos nos ha pasado que de pronto nos parece que nuestros padres han sido suplantados por extraterrestres. Hay un momento en que uno se pregunta: ¿cómo es posible que yo haya salido de ellos?

No le habrá sido difícil tomar distancia...

Toda ficción es autobiografía. Siempre está nuestro ADN. Lo difícil realmente es no escribir de la familia.

¿Cómo percibe la salud del cuento?

Está mejor que en el pasado. No se trata de un país estrictamente novelesco, como nos quieren vender. Hasta El Quijote es un libro de relatos. El problema es más de editores. Pero pienso que lo bueno siempre vence, soy una especie de optimista beatífico.

¿Y no es problema de lectores?

Hay algunos, poco sofisticados, que piensan que lo breve es una estafa, pero la calidad es lo importante.

Con el relato Prueba de amor, Bilbao figura también en este recopilatorio. Nacido en Asturias (1972), este escritor es conocido por sus relatos cortos. Con Como una historia de terror consiguió el Ojo Crítico de Narrativa en 2008.

¿Cree que Twitter tiene alguna aspiración literaria?

No sigo mucho Twitter, no me gusta como lector y tampoco como escritor. No tengo nada en contra, pero me temo que con estas narraciones hiperbreves quizá se corra el riesgo de que muchos no sean de veras relatos sino ocurrencias, ingeniosidades y chistes.

¿La educación tiene algo que ver con que no haya muchos lectores de cuentos en nuestro país?

Tiene mucho que ver, pero con que la gente no lea en general. Recuerdo cuando en el cole nos obligaron con once años a leer El Buscón, la consecuencia: lo odiamos todos.

¿Escribiría una ficción sobre el 15-M?

Todo da para hacer ficción y esos temas de trascendencia social darían para crear un juego de tensiones, pero hace falta tiempo para que la literatura pueda abordar las problemáticas sociales. La inmediatez es más campo del periodismo.

Esta reconocida cuentista participa en este libro de relatos con Omnívoros. Esta madrileña de 40 años  ya cuenta con un buen espacio en el género. El malestar al alcance de todos, Mercado Común y Cul-de-sac son algunos de sus libros.

¿Difícil escribir un relato sobre un tema tan cercano como la familia?

Tengo la ventaja de que mi familia no lee salvo a Pérez Reverte. Así que tengo la libertad de caricaturizarlos. Escribo también de los tipos de personajes que no hay en mi familia. La literatura también nace de las carencias y de lo que no puedes vivir.

¿Es complicado que el cuento llegue alguna vez al nivel de popularidad y ventas de la novela?

Hay una pequeña élite interesada en la literatura y ahí revive el cuento, pero otros muchos buscan en el libro el equivalente de la película de acción. Hay muchos menos que vayan a ver un corto de autor, ¿no?, pues aquí es lo mismo.

¿El mejor soporte para su supervivencia será la web?

Lo hipercorto, lo que se escribe en Twitter es el chispazo de ingenio, pero eso no puede ser suficiente. Si solo nos alimentamos de canapés..., no podemos, hace falta un plato de cuchara.

Escritor presente en la antología Mi madre es un pez con Trayectoria del impacto. Menéndez Salmón (Gijón,  1971) es licenciado en Filosofía y autor de los libros de relatos Los caballos azules y Gritar. Con la novela Derrumbe logró su consagración.

Si en lugar de un relato sobre la familia lo hubiera escrito sobre la crisis, ¿qué tono habría empleado?

Entre la catástrofe y el vodevil. Una tragicomedia, que es lo que en realidad es la vida.

¿Es difícil no separarse de lo propio cuando se escribe de la familia?

Depende. Yo no he escrito sobre la mía. He preferido escribir sobre una inventada para a lo mejor iluminar partes de una historia familiar que solo intuyo.

¿Le sorprende que en un tiempo en el que la rapidez lo invade todo el relato siga sin cuajar del todo en España?

El relato no triunfa en España por la estructura editorial que se maneja. No es rentable editar relato en nuestro país, y solo las editoriales especializadas pueden sobrevivir, y a duras penas. Tampoco otros factores ayudan. El modelo anglosajón, con periódicos o revistas de creación que prestan grandes espacios a los relatos no existe entre nosotros.