Después de comer, y como cada tarde desde hace más de diez años, Pilar se sienta ante su televisor para ver Saber y ganar. Le divierte la tensión del concurso y poner a prueba sus conocimientos. Sus hijos llevan años tratando de convencerla para que participe. Pero es en vano: a ella lo que gusta es verlos por la tele.

El caso de Pilar no es aislado: cada día, miles de españoles se sientan ante la pequeña pantalla para disfrutar de un formato que, a pesar de ser casi tan viejo como la propia tele, vive una auténtica edad de oro. Basta echar un vistazo a la parrilla para ver que siguen siendo una apuesta segura, ya sean culturales, de pruebas físicas o de mero azar._

Los clásicos, como el mencionado Saber y ganar (La 2), La ruleta de la suerte (Antena 3) o Pasapalabra (Tele 5), siguen en pie, casi intocables a pesar de sus años en pantalla. Los más recientes, por su parte, cuentan con el apoyo entusiasta de la audiencia. Es el caso de los exitosos Ahora caigo (Antena 3), en el que los desdichados concursantes caen a un misterioso agujero ante la atenta mirada de Arturo Valls; Atrapa un millón, en el que Carlos Sobera reparte euros por miles; o Uno para ganar (Cuatro), donde Jesús Vázquez –que también presenta Allá tú en la misma cadena– es testigo de las pruebas más inverosímiles.

El éxito de los concursos se fundamenta en que "están enfocados a un target que abarca a toda la familia", en palabras del sociólogo Víctor Alonso. "En momentos de crisis, este tipo de programas suponen un formato ligero de entretenimiento que ayuda al espectador a evadirse de la crispación social y política del país". De ahí que "cíclicamente vuelvan a aparecer y triunfar".