La US busca la excelencia docente evaluando anualmente a sus más de 4.000 profesores

La Universidad de Sevilla (US) quiere fomentar y mejorar la calidad de las clases que imparte y, por ello, uno de sus objetivos estratégicos es alcanzar la excelencia, además de en investigación, en su actividad docente. Para responder a este "compromiso" y, al mismo tiempo, a las exigencias que impone la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), la Hispalense evaluará desde este curso a sus profesores para comprobar, año tras año, que cumplen los objetivos de calidad marcados en los planes de estudio.

La Universidad de Sevilla (US) quiere fomentar y mejorar la calidad de las clases que imparte y, por ello, uno de sus objetivos estratégicos es alcanzar la excelencia, además de en investigación, en su actividad docente. Para responder a este "compromiso" y, al mismo tiempo, a las exigencias que impone la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), la Hispalense evaluará desde este curso a sus profesores para comprobar, año tras año, que cumplen los objetivos de calidad marcados en los planes de estudio.

Según ha explicado a Europa Press el rector de la US, Joaquín Luque, la filosofía de esta medida —que fue aprobada el pasado mes de julio por el Consejo de Gobierno de la Hispalense— es que los profesores, sin abandonar sus tareas de investigación, "que es el criterio fundamental por el que progresan en su carrera académica", también sean conscientes de "lo importante que es que impartan una docencia de calidad y de que, por tanto, pongan también la proa a conseguir una docencia de más calidad".

Para conseguirlo, la Universidad de Sevilla ha establecido un sistema de evaluación de esa docencia que "permita, primero a ellos, conocer cuál es el nivel de calidad de su docencia y luego, irla mejorando de año en año" para que, al cabo de cinco años, puedan seguir manteniendo los incentivos que reciben por méritos docentes quinquenalmente.

Para cuantificar la calidad de la docencia de los profesores (están exentos los interinos sustitutos y los profesores asociados de concierto con las instituciones sanitarias), la Hispalense tendrá en cuenta varias fuentes, tal y como ha adelantado en su edición de este lunes 'El Correo de Andalucía'.

Así, los agentes implicados en la evaluación son, entre otros: los estudiantes, que cumplimentarán anualmente una encuesta sobre la actuación docente del profesorado; los directores de la Inspección de Servicios Docentes, los Decanos y Directores de Escuela y Departamentos, que realizarán anualmente informes sobre "datos objetivos, contrastables y cuantificables de la actividad docente de cada uno de los profesores" y hasta el propio "profesor evaluado, que aportará datos y evidencias de su actividad docente y elaborará un autoinforme", según se recoge en el acuerdo del Consejo de Gobierno del pasado julio, consultado por Europa Press.

Luque ha señalado que, pese a este nuevo modelo de evaluación, la US lleva "muchos años trabajando" por fomentar esta cultura en la institución y tomando "distintas medidas que los profesores conocen de antiguo", todas ellas dirigidas a mejorar la calidad docente. Así, por ejemplo, los alumnos ya evaluaban mediante un cuestionario a sus docentes y también la Inspección elaboraba informes sobre el funcionamiento de los Departamentos.

Eso sí, el de ahora "supone un paso más" porque, según ha recalcado el rector, este nuevo sistema "está homologado por la Agencia Andaluza del Conocimiento y por la Aneca, lo que va a permitir obtener a los profesores que obtengan una evaluación positiva un certificado y adjuntarlo como mérito dentro de su carrera académica para su evaluación por otros organismos externos".

Los resultados obtenidos en la evaluación de la actividad docente del profesorado tendrán, pues, consecuencias a dos niveles diferentes: para la Universidad, ya que servirá para detectar los puntos fuertes y débiles relacionados con la actividad docente del profesorado y, por lo tanto, para orientar su política en el ámbito docente y de profesorado; y para el profesorado de forma particular, "sobre el que la evaluación tendrá efectos, tanto si el resultado es favorable, como si es desfavorable", según recoge la norma.

Las consecuencias directas sobre el profesorado serán la 'Mención de Excelencia Docente', la máxima distinción en calidad docente y que será criterio prioritario en las convocatorias competitivas de ayudas para la movilidad docente del profesorado, y la 'Certificación', de la que dispondrá el profesor para poder alegarla como mérito en la acreditación nacional a los cuerpos docentes de profesorado y en los concursos de acceso a plazas de profesorado, una vez que el procedimiento esté homologado.

Pero también puede tener consecuencias negativas si la calificación es desfavorable en "al menos tres de los cinco años de un quinquenio evaluable a efectos de los complementos retributivos, nacional o autonómicos, ligados a méritos docentes, no podrán ser propuestos para la percepción de dichos complementos". Es decir, que estos quinquenios de unos 1.500 euros brutos al año que ahora recibe el profesorado en su totalidad, puede ser eliminado a aquellos que, en las evaluaciones anuales, no 'saquen buenas notas' en tres o más ocasiones.

Según recoge la normativa, la evaluación será voluntaria durante los cinco años siguientes al de implantación del sistema de evaluación, es decir, hasta 2016, por considerarse un "periodo de transición". A partir de entonces, será obligatoria. Durante el periodo de transición, y para aquellos indicadores para los que no sea posible obtener datos completos de los cinco cursos a evaluar, "se utilizarán datos parciales correspondientes a los cursos sobre los que exista información".

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