El centro histórico va recobrando la normalidad poco a poco en cuanto a cortes de calles por obras se refiere.

Y es que, ayer mismo volvió a quedar abierta al tránsito rodado la plaza Ciudad de Brujas, tres años después de que fuera tomado por máquinas excavadoras para ejecutar un aparcamiento subterráneo de cinco plantas y la estación de la línea 2 de Metrovalencia.

Así, los vehículos ya pueden acceder por las calles Botellas y Vieja de la Paja a este importante enclave histórico custodiado por la iglesia de los Santos Juanes y el Mercado Central que conecta con la avenida Barón de Cárcer. La apertura al tráfico de estas vías aliviará de forma importante la avenida María Cristina, que cada fin de semana se colapsa por la masiva afluencia de clientes al Mercado.

Una plaza semipeatonal

El grueso de las obras se centrará ahora en el subsuelo, a la espera de que la DirecciónGeneral de Patrimonio dé el visto bueno al proyecto de reurbanización de Ciudad de Brujas diseñado por la Conselleria de Infraestructuras.

Como avanzó 20 minutos el pasado mes de junio, la plaza tendrá un sólo nivel, por lo que carecerá de bordillos y aceras. Además, será semipeatonal, ya que solo tendrá un carril de circulación marcado por bolardos que vendrá de la calle Botellas, mientras la calle Vieja de la Paja será peatonal. La circulación podría ser exclusivamente para transporte público y residentes, algo que los técnicos municipales de tráfico están valorando en estos momentos.

En cuanto al aparcamiento, la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, se comprometió ayer a que esté completamente terminado antes de las próximas Fallas, para que su apertura al público sea una realidad a finales de 2012. Bonig se comprometió a buscar financiación para terminar el tramo de la T-2 entre Nazaret y Ruzafa.

Los comercios, al borde del cierre

Los comercios de la plaza Ciudad de Brujas están siendo los principales damnificados por las interminables obras. Dos de ellos, las cafeterías Nebraska y Monistrol, aseguraron ayer a 20 minutos que están al borde del cierre. Desde la ferretería El Globo aseguraron que «la facturación ha bajado un 70%». Todos exigieron una pasarela que comunique su acera con la del Mercado.