Los comportamientos incívicos en el metro molestan. Y mucho, a juzgar por las decenas de cartas y comentarios enviados por los lectores de 20 minutos y de la web. Tras alertar de la moda de escuchar música a volumen elevado en los vagones, los usuarios se han animado a denunciar otras actitudes molestas. Entre los viajeros incívicos, hay dos especialmente impopulares: los que obstruyen la puerta para entrar corriendo al vagón y no dejan salir al resto de usuarios, y los que no ceden su asiento a personas con movilidad reducida, ancianos o embarazadas.

La asociación de usuarios Ecomovilidad.net recibe "cada vez más denuncias" por la falta de civismo en el transporte público, aunque no llevan un registro para contabilizarlas. Según su portavoz, Fernando de Córdoba, la mayoría protestan por "los jóvenes que hacen botellón o fuman en el tren, la gente que se mata por un hueco en el vagón o el ascensor, o los que gritan o hablan alto".

Sin embargo, por norma general, los viajeros sufren en silencio todas estas incomodidades. Desde Metro aseguran que "no se reciben apenas quejas por molestias de otros viajeros". Por ejemplo, en lo que va de año solo han atendido seis protestas formales contra quienes escuchan música sin auriculares, ya que el reglamento de Metro no prohíbe explícitamente algunos de estos comportamientos, como ya apuntó este periódico.

Las embarazadas son las que más sufren la falta de respeto, como cuenta una lectora que se hace llamar Muchina: "Iba en metro con mi hija de 5 años, su mochila, mi bolso, una bolsa y mi tripa de 8 meses, y nadie me dejó asiento; deberían hacer que se respeten las normas mediante multas", protesta en una carta. A otro usuario, Carlos M. C., le "molesta no poder viajar cómodo por la insolidaridad de muchos usuarios", como los que "quieren meterse en el vagón antes de que salga cualquier otro usuario".

Tras las vacaciones de agosto, muchos madrileños se habrán encontrado con otro tarifazo en el transporte público: el billete sencillo para un viaje en metro o en autobús de la EMT cuesta ahora 1,50 euros. El Consorcio Regional de Transportes subió la tarifa un 50% (antes costaba un euro) a partir del 8 de agosto. El incremento se impuso tras una reunión convocada con urgencia en plena operación salida, a finales de julio. La Comunidad justifica que este título llevaba seis años congelado.