La bancada de la Expo era la opción más idónea barajada por el Consistorio: cerca del centro de la ciudad, con buenos accesos y suficientemente alejada de las viviendas para así evitar las molestias a los vecinos. Pero Epsa, empresa dependiente de la Junta, no quiere complicaciones.

Según ha podido saber este diario ya tiene algunos problemas con el mercadillo ambulante que se celebra cada sábado por la mañana en la zona. El pésimo estado en que se encuentra el firme de la bancada está causando accidentes (algunas caídas con lesiones) que terminan convirtiéndose en denuncias a la empresa pública, dueña y última responsable del suelo.

A un año de que esté lista la ley de la Junta que prohibirá el botellón, excepto en lugares habilitados para ello, el Ayuntamiento no logra encontrar el espacio adecuado para trasladar la movida.

Las alternativas se han agotado. Al menos a corto plazo, porque el Charco de la Pava –la otra opción barajada por la Gerencia de Urbanismo– no podrá ser usada para este fin hasta dentro de tres o cuatro años. En pocos meses estará en obras (con la restauración de las márgenes del río) y, además, queda pendiente del diseño definitivo para acoger la futura Feria de Abril.