No en vano, se estima que un millón y medio de personas llegarán a la ciudad para ver a su Santidad.

Por eso, Rambla presentó ayer el plan sanitario elaborado para ese fin de semana. Para organizarlo, se ha dividido el cauce del Turia en 107 sectores, con sus respectivos accesos, desde el puente de Viveros hasta L’Oceanogràfic.

Además, a lo largo de estos sectores se distribuirán un total de 65 puntos de atención sanitaria. De ellas, 50 serán de atención básica (atenderán lipotimias, grastroenteritis...), 12 serán de atención intermedia (para cualquier traumatismo) y también habrá tres hospitales de campaña cedidos por el Ejército, donde se atenderán grandes incidencias.

El plan se completa con un total de 37 unidades móviles preparadas para hacer evacuaciones en casos de  patologías más graves como los infartos. En este despliegue participarán 652 profesionales de los que 520 serán voluntarios.

Con este dispositivo, Sanidad pretende atender in situ el mayor número de casos posibles para de esta forma no colapsar los centros médicos de la ciudad. Aún así, Rambla aseguró que «se habilitarán zonas especiales en cada hospital y se reforzarán las urgencias». Así, el personal sanitartio estará casi al 100% los días 8 y 9 de julio.

Vigilarán qué come Benedicto XVI

El plan sanitario que se pondrá en marcha no deja ningún detalle al azar. Además del despliegue de medios y efectivos, se hará un control que garantice la seguridad alimentaria tanto de los peregrinos como de las autoridades. Así, vigilarán la procedencia y el estado de toda la comida del Papa y del resto de personalidades. Además, el Consell instalará una radio digital a través de la cual se comunicarán el operativo de sanidad, las fuerzas de seguridad, Protección Civil y Bomberos. La Diputación, por su parte, cederá 70.000 sillas para el evento.