La empresa Demoliciones Usabiaga, encargada de demoler las fábricas de harinas Porta y Villamayor, ha asegurado que tratará de minimizar al máximo posible las afecciones de la obra. Para ello se han tomado medidas concretas, ya que dichas empresas, ubicadas en el Polígono de las Harineras, se encuentran en el casco urbano de la ciudad en una céntrica zona.

La demolición de estas fábricas supone el inicio del proceso de transformación del centro de la ciudad, ya que en una segunda fase deberán desaparecer el resto de empresas que allí están ubicadas y en el solar resultante se construirán 1.300 viviendas.

Dos máquinas están trabajando desde ayer en la demolición, que se realiza de forma simultánea en las dos harineras. El director de la obra, Juan González, ha explicado que "todo el trabajo que se lleve a cabo será mecánico, no se van a hacer explosiones. Las máquinas que usamos están dotadas de una serie de herramientas para cada caso. Las cizallas las usaremos para los materiales de hierro, las vigas para el demolido y las demoledoras para todo el hormigón y ladrillo".

González ha asegurado que "se han tomado medidas para molestar lo menos posible a los vecinos y para tratar de evitar perjudicar a la vegetación y a los edificios de alrededor".

Además, según ha informado, para evitar afectar al tráfico de la avenida Martínez de Velasco, la carga y descarga de material "se ha estudiado y aprobado con el Ayuntamiento de la ciudad y la Policía Local y se ha señalizado una zona por donde deben entrar y salir los camiones". En concreto, se han habilitado sendos viales en la calle Almudévar.