La Diócesis de Santander celebra este domingo, día 14, la Jornada 'Pro Templos' que trata de concienciar sobre la necesidad de contribuir económicamente para mantener y conservar los edificios religiosos, así como para contar con los medios necesarios para construir nuevas Iglesias.

En la Diócesis hay 682 templos y 518 ermitas, lo que suman un total de 1.200 lugares de culto, según ha informado el Obispado, que ha precisado que solo en Valderredible existen 53 iglesias para atender a unas 1.100 personas que residen en ese municipio.

Por este motivo, durante este fin de semana y, mediante una colecta especial realizada en todas las parroquias cántabras, se pedirá la colaboración económica de todos los fieles "en la medida de sus posibilidades".

El año pasado la cuantía de la colecta fue de 56.609 euros, lo que supuso un descenso de 3.000 euros respecto al año anterior. La colecta ha ido disminuyendo paulatinamente desde 2008, año en que se obtuvieron 70.316 euros.

Por este motivo, el obispo de Santander, Vicente Jiménez ha apelado a "la generosidad" de los fieles cántabros y también de aquellos que, "aun no siendo católicos, valoran sin embargo la labor de la iglesia para el bien común".

Además ha lanzado "un llamamiento para que la colecta extraordinaria 'Pro Templos' de este año, a pesar de la crisis económica, supere la cantidad recaudada en el año anterior".

Dos nuevas iglesias

Los gastos originados por la rehabilitación, conservación y edificación de nuevas iglesias en la Diócesis son "cuantiosos", como ha sido la construcción de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen en Nueva Montaña, que fue inaugurada el pasado 4 de junio y cuyo coste final ha superado los tres millones de euros.

Además, la Diócesis afronta actualmente también la construcción de la nueva iglesia de Unquera, obra que supondrá un "notable desembolso económico".

Este año, el lema de la jornada es, "Arraigados y Edificados en Cristo"; es decir, el mismo que preside la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid con el Papa.

La finalidad de este día es doble; por un lado, "valorar los templos en su significado humano y cristiano y, por otro, realizar una colecta extraordinaria para colaborar económicamente en la construcción y conservación de las iglesias, ermitas y lugares de culto", explicó Jiménez Zamora.

Es importante que los fieles católicos "y otras personas de buena voluntad", caigan en la cuenta de "la responsabilidad que tenemos" en la conservación de "tantos templos, que son las señas de identidad de nuestras ciudades, villas y pueblos, y que están vinculados a la fe y a los sentimientos personales y comunitarios", precisó el obispo de la Iglesia cántabra.

La colecta de esta jornada anual se realiza en verano porque muchos cántabros, ausentes durante el año, regresan en la temporada estival a sus ciudades y pueblos, y también porque "bastantes personas que nos visitan en este tiempo, participan en nuestras celebraciones compartiendo la misma fe de la Iglesia, y por ello están interesadas en colaborar en nuestras necesidades", explicó.