Varios de los menores juzgados por el crimen de la Patum de Berga explicaron ayer que buscaban pelea. Uno de los procesados admitió, incluso, haber visto el apuñalamiento al joven Josep Maria Isanta, aunque no pudo identificar de quién era la mano.El juicio contra estos menores empezó ayer en Barcelona a puerta cerrada. El fiscal pide entre siete y ocho años de internamiento para los adolescentes que tenían menos y más de 16 años cuando ocurrieron los hechos, en mayo de 2005.